Crisis y Responsabilidad: El Camino hacia la Recuperación de Chile

Una gran pregunta que surge en Chile y en el mundo es cómo un país que tuvo una economía libre y exitosa, capaz de crecer al 7%, ha terminado con una economía desastrosa y con cero crecimiento. 

Este fenómeno está relacionado extrañamente con el crecimiento económico y podemos encontrar un símil en EE. UU. que nos ayuda a entender lo ocurrido hace 124 años. 

En el año 1900, EE. UU. se convirtió en una potencia mundial en apenas 35 años, gracias a muchos emprendedores creativos, brillantes y esforzados, como Cornelius Vanderbilt en el transporte ferroviario, Andrew Carnegie en la industria del acero, John D. Rockefeller en la industria petrolera, J. P. Morgan en el sector bancario, acero y electricidad, entre otros muchos emprendedores menos conocidos que contribuyeron al gran desarrollo de Norteamérica. 

Sin embargo, este crecimiento también generó, a inicios del siglo pasado, monopolios incontrolables que ocasionaron abusos e injusticias hacia los ciudadanos, lo que derivó en la aparición de movimientos anarquistas extremos en el país de la libertad. 

Esta es la primera y gran coincidencia con nuestro país: hace algunos años, aparecieron grupos anarquistas extremos que, en gran parte, están representados por el Frente Amplio. La aparición de anarquistas en una sociedad es como la fiebre, es un síntoma claro de que hay un problema, una enfermedad que necesita ser corregida con urgencia.

EE. UU. tuvo la suerte de que un político detectara esta situación: Theodore Roosevelt. Siendo gobernador republicano de Nueva York, comenzó a luchar contra los abusos de los grandes monopolios. Esta posición fue advertida por los grandes monopolistas, representados por Rockefeller y Morgan. En las elecciones de 1900, se presentó a la reelección William McKinley, y los monopolistas convencieron que el partido republicano postulara como candidato a vicepresidente a Theodore Roosevelt, con el objetivo de neutralizarlo, dado que los vicepresidentes no tienen poder administrativo real. Sin embargo, lo que no habían planificado fue que, a los seis meses de gobierno, un anarquista disparó a McKinley, y este falleció días después. Así, asumió la presidencia Theodore Roosevelt, quien inició grandes juicios contra los monopolios en las industrias ferroviaria y petrolera, descomprimiendo la presión social existente en la sociedad norteamericana que, de no haberse corregido, podría haber terminado en una revolución.

Lamentablemente, en Chile no hemos contado con la aparición de un presidente que haya detectado y corregido eficazmente esta situación que genera molestias y presiones sociales, las cuales han sido aprovechadas por movimientos políticos de izquierda, quienes la plantean como una falla del sistema liberal. Sin embargo, esto no es así; se trata de una falta de modernización del Estado y de la ausencia de castigos ejemplarizantes para aquellos que no cumplen con las leyes y normas de la sociedad.

En parte, este fenómeno se debe al amiguismo, los contactos sociales y la pérdida de valores morales que destruyen el funcionamiento correcto de la democracia, generando injusticias y abusos que despiertan un sentimiento creciente de descontento en la sociedad, el cual es aprovechado por movimientos políticos.

Es evidente que en Chile este problema no ha sido corregido, lo que ha llevado a un deterioro permanente de nuestra economía, en gran medida por diagnósticos políticos erróneos y debido a la complicidad de la clase política chilena, que se ha coludido durante años con poderes económicos que defienden el status quo. Esta situación ha frenado, en gran parte, la modernización del Estado, un paso fundamental para comenzar a corregir los errores acumulados.

Todavía estamos a tiempo; depende de nosotros entender y rectificar estos errores que atentan gravemente contra la libertad de las personas, nuestro crecimiento y la cohesión social.

Debemos salir de la Inacción permanente y del Cantinfleo para saltar las barreras que nos separan del Desarrollo de una vez por todas con trabajo y responsabilidad.

¡¡¡ Salvemos a Chile !!!