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Reinaldo Leiva Oyarzo reflexiona sobre su alejamiento de Fide XII

“Esta institución aportó donde el Estado no ha querido estar. Hicimos cosas porque sabíamos el impacto social que tenían”

Sábado 14 de Diciembre del 2024

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  • El exdirector de la Fundación compartió cómo vivió su salida tras más de casi tres décadas en la institución y abordó los problemas económicos y administrativos que marcaron los últimos años de su gestión.

 

Silvia Leiva Elgueta
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Yo pensé que iba a ser peor”, admitió Reinaldo Leiva Oyarzo, exdirector de Fide XII tras más de dos décadas al frente de la institución, sobre el proceso de dejar la dirección. “Siempre me imaginé que, cuando uno sale de un lugar donde ha pasado la mitad de su vida, iba a ser como dejar tu casa. Pero logré interpretar que era mi lugar de trabajo y no mi hogar”. Leiva afirmó que en los días previos comenzó a retirar sus pertenencias personales, dejando todo lo institucional en orden.

Ingresó a Fide XII el 1 de agosto de 1993, en un proyecto de introducción de árboles frutales ubicado en el antiguo Barrio Hortícola. Desde allí, asumió distintos desafíos, como la dirección del Centro de Capacitación Cardenal Raúl Silva Henríquez de la Fundación. Este espacio ofrecía cursos de oficios como computación beneficiando a numerosos participantes.

Sin embargo, los últimos años en Fide XII estuvieron marcados por complejidades económicas, denuncias y una creciente deuda institucional. Leiva expresó que presentó su renuncia en septiembre de 2023, inicialmente motivado por un incendio en las instalaciones de Porvenir sin seguro activo. Posteriormente, los problemas financieros y el desgaste emocional lo llevaron a reafirmar su decisión.

“Me daría mucha pena que muera la Fundación, porque es una institución que ha hecho un gran trabajo y que ha aportado mucho frente al poco trabajo que ha hecho el Estado. El Estado tiene una posición muy cómoda con instituciones como Fide XII porque ellos lanzan sus programas, pero no les interesa si alcanzan los recursos o no, es lo que tienen y con eso tienes que ejecutarlos. Muchas veces uno desarrolla esos programas porque les tiene un gran cariño y sabe el aporte que dan”, remarcó.

Problemas estructurales
y el rol del Estado

Entre las mayores dificultades, Reinaldo Leiva destacó los costos no cubiertos por programas estatales. “Los programas de Sernameg no te dejaban un gasto, pero en el último año, empezaron a exigir garantías bancarias o seguros, que obviamente tenían un costo para la institución que ejecuta. En el Ministerio de Desarrollo Social es lo mismo. Pensando como una empresa, no tendría que ejecutar ningún programa porque generan gasto, además tienes personal, a honorario, porque tampoco te dan las capacidades para contratar porque no se financian los gastos patronales”.

Hay una serie de cosas que el Estado no te financia, y estás expuesto también a fiscalización, por parte de la Dirección del Trabajo. Este fue el caso de una persona en un dispositivo que denunció que estaba a honorario, y se terminó contratando a siete personas, justamente por las exigencias de las leyes, “Pero eso no viene financiado en los programas”. 

Además, la situación se agravó con la exigencia de finiquitos a personal indefinido tras la pérdida de licitaciones, lo que generó una deuda de aproximadamente 90 millones de pesos.

Las aristas tras la crisis

En cuanto a programas sociales como La Casa del Samaritano y el Eleam Cristina Calderón, Leiva detalló la complejidad de mantenerlos sin financiamiento suficiente. “Asumimos La Casa del Samaritano sin financiamiento alguno, conlleva un gasto de 25 millones de pesos mensuales, y el Estado te otorga 3 millones, la diferencia de los 22 millones tenemos que sacarla de todos los lados, entonces yo creo que todas esas cosas fueron contribuyendo al desfinanciamiento, al empobrecimiento de la institución”.

Reconoce que si se mira en lo presupuestario, en La Casa del Samaritano “lo más fácil era decir no es nuestra responsabilidad, y hacemos como hacen muchas personas, dan vuelta la cara y no le interesa lo que pasa al lado, y que a esos residentes los trasladen a otros lugares del país, que algunos vuelvan a dispositivos calles, porque muchos de los residentes de La Casa del Samaritano venían de la calle, o que vuelvan con sus familias, que es la misma familia, los va a entregar allá. Pero, yo creo que había una responsabilidad social superior y mayor de hacerse cargo”.

Eleam Calderón

Sobre lo que ocurre en el Eleam Cristina Calderón, plantea que “los recursos en el Eleam son insuficientes, la cuota mensual es de 63 millones de pesos, si tú pagas los sueldos y las imposiciones te gastas 61 y te quedan una disponibilidad de 2 millones de pesos para insumos, más el aporte de los usuarios que aportan el 85% de sus pensiones llegas a tener 12 millones de pesos mensuales para ese tremendo elefante, que es un recinto casi hospitalario porque más del 50% de las personas están en estado semi postrado o postrado. Además, es una infraestructura súper mal construida, entonces estás todos los días reparando cañerías que se rompieron por el exceso de presión y no hay llaves de corte en ningún lado”.

De la relación con Senama, reconoció que es un servicio bastante complejo y centralizado, “Acá hay una coordinación, pero las grandes decisiones se toman en Santiago y por más buena disposición que tenga el coordinador, lamentablemente es un mensajero y no comparte la información. En los 20 años he trabajado con directores de todas las líneas políticas y en muchas ocasiones uno sentía esa colaboración, esa cosa de decir si ustedes lo ejecutan bien a nosotros igual nos va a ir bien, pero no eso no existe. Hoy muchas cosas son de fiscalización”

Administrando deudas

En relación a su salida de la institución, enfatizó que “hasta el último día, lo que administramos eran deudas, entonces, por un lado, súper cansador, por otro lado, súper expuesto. Yo creo que en un mes fui foco de la noticia, todos los días me levantaba y miraba, y salía mi nombre y decía otra vez, otra vez yo, entonces es un tema que igual emocionalmente te va agotando. Yo tengo familia, menos mal que no tengo papá, porque si no, mato a mi viejo, pero uno tiene familia que igual se asusta. Es un conjunto de cosas que se van sumando, que obviamente uno se siente responsable. Yo insisto, yo no puedo echarle la culpa a nadie, muchas de las decisiones las tomé yo”.

Leiva tiene la esperanza de que la institución puede salir adelante si logra resolver sus problemas financieros y administrativos. “Le deseo lo mejor a la directora que está hoy en día. Espero que se estabilicen las cosas, que las personas que trabajan en Fide XII puedan seguir trabajando ahí, que tengan la tranquilidad de tener un trabajo estable, pero está difícil. Entonces deseo de éxito para la nueva directora, porque tiene un camino bastante pesado y largo todavía, con muchas cosas que puedan venir. No sé, yo firmé en este último tiempo varias actas de conciliación con sindicatos y eso hay que cumplirlo”.

La última polémica

Igualmente abordó la última polémica del Albergue de Calle de Avenida Independencia que se iba a cerrar a el 25 de noviembre pasado. “El día 26 en la noche, los usuarios no querían entregar la propiedad y me preguntaba ¿cómo hay que echarlos? ¿con Carabineros? No sé si corresponde y se alargó finalmente hasta el 31 de enero porque también tienes que pensar viene la Navidad y esas personas tienen que tener un techo. Entonces tiene que haber por parte del Estado un compromiso mayor con más recursos, los que hay actualmente no son suficientes”, insistió.

Recordó que el seremi de Desarrollo Social, Danilo Mimica, declaró públicamente que había entregado el 70% de los recursos en ese programa que terminaba el 25 de noviembre, pero a días del cierre no llegaban los recursos restantes. “Y, hasta la fecha no han entregado ese 30%. Entonces es súper difícil, porque tú te planificas y dices que esa plata me va a llegar hoy día, pero resulta que la plata no te llegó y te dicen no, la próxima semana y pasa la otra semana y tampoco te llega. Entonces es muy difícil administrar los recursos. Yo creo que el Estado no tiene plata, entonces te los ha entregado de a poco” 

Un legado de trabajo social

Pese a las dificultades, Reinaldo Leiva señaló que siente orgullo por los logros alcanzados. “Esta institución ha aportado donde el Estado no ha querido estar. Hicimos cosas porque sabíamos el impacto social que tenían”.

 

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