El futuro incierto de los trabajadores de la Fundación Fide XII
La reciente decisión del Servicio Nacional del Adulto Mayor (Senama) de poner fin anticipadamente al contrato de concesión del Establecimiento de Larga Estadía para Adultos Mayores (Eleam) Cristiana Calderón en Punta Arenas resulta una medida ruda que inquieta a sus trabajadores, quienes temen por su estabilidad laboral.
Este hecho no sólo evidencia las dificultades en la gestión de un área tan sensible como el cuidado de los adultos mayores, sino también los efectos colaterales que estas decisiones tienen sobre los trabajadores que forman parte de estas instituciones.
El cierre del contrato por parte de Senama se produce tras meses de cuestionamientos hacia la Fundación Fide XII, tanto por su gestión administrativa como por la calidad del servicio entregado a los adultos mayores en el Eleam. Sin embargo, detrás de estas decisiones institucionales, poco se ha dicho sobre los trabajadores que quedarán en una situación de incertidumbre laboral. Personas que, en su mayoría, han dedicado su tiempo y esfuerzo a una labor tan compleja y demandante como es el cuidado de los más vulnerables.
La problemática no es menor. Estas 70 personas enfrentan la posibilidad de quedar desempleadas en un mercado laboral regional que ya es limitado, especialmente en sectores especializados como el cuidado de adultos mayores. Además, muchos de ellos son jefes de hogar que dependen de estos ingresos para sostener a sus familias, lo que agrava las consecuencias sociales de esta decisión. Las próximas fiestas navideñas agregan otro componente a esta incertidumbre.
Por otro lado, la resolución de este conflicto también pone en el centro del debate el rol del Estado en la fiscalización y el acompañamiento de las instituciones a las que adjudica contratos de concesión. Si bien es necesario garantizar que los adultos mayores reciban un servicio digno y de calidad, también es fundamental prever los efectos que este tipo de decisiones tiene sobre los trabajadores y ofrecer soluciones claras y oportunas. ¿Se garantizará la continuidad laboral de estos empleados en la nueva administración del Eleam? ¿Qué acciones tomará Senama para mitigar el impacto económico y social de su decisión? ¿Será traspasado el personal a la nueva concesionaria?
La pregunta que salta es simple: ¿Por qué se llegó a este momento tan extremo? ¿Dónde estuvo Senama que no logró fiscalizar y acompañar debidamente el desenvolvimiento de la concesión otorgada a Fide XII? Desde la comodidad de alguna oficial regional, ¿alguien se dará por aludido?
La situación exige no sólo una mayor transparencia en los procesos de fiscalización y concesión, sino también un enfoque integral que considere a todos los actores involucrados. Esto incluye a los adultos mayores, quienes no deben pagar las consecuencias de una mala gestión institucional, y a los trabajadores, cuyo sustento depende directamente de estas decisiones.