Necrológicas

Amar es estar en la salud y en la enfermedad

Por Ramón Lobos Vásquez Miércoles 26 de Febrero del 2025

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Enfrentar las problemáticas de salud es un proceso complejo para quien recibe un diagnóstico que implica compromiso en su bienestar. Mientras mayor es la gravedad de ese diagnóstico, mayor puede ser la afectación del individuo y su entorno. La progresión va a depender también de cuánto le afecta en su independencia o en el desarrollo de su vida. 

En el caso del diagnóstico de cáncer -una de las enfermedades más complejas y difíciles- afecta no sólo a quien se le diagnostica, sino que por su gravedad implica también el compromiso de todo su entorno más cercano. Por eso, el camino en el tratamiento y cuidado de una persona que padece cáncer es un transitar que la red familiar o cercana debe necesariamente acompañar, y no solamente compadecer a quien se ve afectado.

La importancia del acompañamiento y apoyo en esta etapa es muy necesaria y efectiva para quien lo padece, ya que esta enfermedad tiene un impacto multidimensional, no sólo desde el punto de visto clínico sino que también impacta en lo psicológico, familiar, económico, social y espiritual.   

El tratamiento del cáncer también implica el abordaje de varios equipos de los sistemas de salud, por lo cual los pacientes deben acudir a distintos prestadores en el proceso de atención. Eso significa coordinaciones y tiempos de espera, que muchas veces se hacen complejos de sobrellevar para quien los enfrenta solo. Por eso, la compañía o apoyo de familiares en asistir a las consultas o en la solicitud de horas o en realizar trámites por el paciente pueden ser de gran y valiosa ayuda.  

Poder esperar la consulta en compañía, asistirle en las consultas médicas o bien esperarle al término de los tratamientos, está visto que es sumamente importante para quien vive estos procesos y por ende marca una gran diferencia. 

Muchas veces la familia no sabe cómo actuar, por eso importa preguntarle en qué necesita ayuda, que espera de su familia o entorno. Siempre es bueno estar y acompañarles. Pero la compañía no sólo se reduce al aspecto clínico, sino que también en el día a día. Significa velar por él o ella, en los momentos en que está en casa. Poder acompañar en sus rutinas o en usar el tiempo libre. 

Acompañar para un mejor bienestar diario implica estar preocupado de que pueda hacer sus compras, trámites o tareas hogareñas de buena forma, efectiva y segura. Habrá momentos en que tendrán que ser ayudados y en otros dejar que lo hagan en forma autónoma, pero segura. Es un tiempo en el que debemos asegurarnos que tenga lo que necesita o precisa en cada momento. A veces una llamada telefónica puede ser lo necesario, pero habrá otras etapas en que necesitará ayuda en las tareas diarias. Lo importante es que día a día tenga lo que precisa y requiere. Y esa seguridad sólo puede entregársela la red familiar o social más cercana. 

Hemos visto muchas veces cómo la presencia de la familia o amigos en esta etapa marca la diferencia. Sin embargo, no son pocos los que emprenden este camino en solitario por falta de familia y de ahí la importancia del trabajo de los voluntariados en apoyo a aquellos que necesitan no sólo ayuda social, sino que muchas veces compañía y espacio para socializar sus problemáticas personales.  

No siempre se valora la labor de quienes apoyan el trabajo clínico con ayudas sociales o contactando para acercar los beneficios sociales a quienes lo precisan; pero está claro que son de gran valor. 

Vivimos en sociedad y las ayudas que nos prestamos son importantes. El acercamiento en el área psicosocial es muy valorable y también la parte espiritual de quienes padecen esta enfermedad y de todo su entorno. 

Es importante apoyar y desarrollar esa red para que siempre sea continente y reforzadora, útil en cualquier momento que lo precise el paciente. Su trabajo debe estar presente desde el principio y estar atento a los requerimientos que pueda ir precisando cada paciente en el desarrollo de su proceso. 

El aspecto espiritual es tan personal y diferenciador que requiere ser relevado según lo que precise cada uno. Para algunos es la posibilidad de orar personalmente o tener espacio para la reflexión, para otros es la necesidad de apoyo y guía espiritual que debe brindárseles. Entre ambos hay una gama de variadas y distintas formas de abordar y trabajar, pero nunca se  debe dejar de lado, porque su presencia es necesaria para la trascendencia y el sentido que tiene nuestra vida y nuestro destino. Se debe fortalecer y apoyar desde el inicio y más en aquellos momentos más complejos en los tratamientos o procesos que se deben afrontar. Hay que considerar que todos vivimos de forma única e irrepetible. Por lo cual la trascendencia e importancia de cada vida es insustituible. 

Los problemas de salud acentúan y complejizan nuestras existencias, vivirlas en compañía y con apoyo marca la diferencia. Es importante estar presentes siempre como familiar o como parte de la red social de estas personas. Nunca es poco lo que podemos hacer en compañía y todos tenemos un rol para con los otros que son parte de nuestra red. Es un dar para recibir en algún momento que lo precisemos, eso es lo que nos marca y diferencia al vivir en sociedad.

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