El drama de una enfermera militar a quien el Ejército busca lanzar a la calle de una casa fiscal pese a haber ganado recurso judicial
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Es madre de una niña de 6 años, con trastorno del espectro autista.
El 12 de diciembre del año pasado, la Corte Suprema revocó la sentencia dictada por la Corte de Apelaciones de Punta Arenas, que había rechazado el recurso de protección interpuesto por Helen Carvajal Klenner contra el Ejército de Chile. Helen se desempeñó por largo tiempo como enfermera militar, tanto en el Centro Clínico Militar como en la enfermería del Pudeto. Su caso llegó a las instancias judiciales producto de un constante acoso laboral, que la llevó a requerir licencias médicas y la decisión del Ejército fue decretar su retiro temporal. No obstante, la semana pasada y pese al fallo en la Suprema, recibió una notificación para abandonar la casa fiscal donde reside con su hija de 6 años, con trastorno del espectro autista.
La situación que llevó a que Helen solicitara licencias médicas radica en una sobrecarga laboral que se tornó insostenible y devino en reiterados episodios de ansiedad. A esta fuerte recarga de trabajo, que la llevaba a llegar muy tarde a su hogar, se le sumaba la poca comprensión de sus jefaturas, quienes no le brindaron apoyo para cumplir su misión. Su labor era encargada de distintas comisiones médicas y entrega de licencias al personal, entre diversas otras tareas.
Durante los tiempos de licencia médica, Helen señala haber sido llamada en varias ocasiones por temas de índole laboral, incluso llegando a tener que asistir al trabajo para reponer ciertos elementos. “Yo muchas veces hice alusión a que tenía una carga laboral insostenible y me contestaban ‘¿quién te mandó a ser mamá? Si tú sabías que cuando uno empieza la escuela, el Ejército es lo primero, segundo y tercero’. Y yo respondía no, porque mi familia está primero”, relata la enfermera.
En Punta Arenas vive sola con su hija de 6 años, diagnosticada con trastorno del espectro autista con un 50% de discapacidad. En la zona no cuenta con red de apoyo, ni familiares. La repentina notificación de hacer abandono de la casa fiscal asignada fue lo que la dejó en una situación de desamparo y sin saber cómo proceder, toda vez que la resolución de la Corte Suprema la respaldaba para volver a trabajar. Sin embargo, desde aquella fecha, jamás fue contactada y sólo recibió esta notificación de abandono de la propiedad fiscal la semana pasada.
Actuar arbitrario del Ejército
En la sentencia del pasado 12 de diciembre, la Corte Suprema determinó que, aunque el Ejército actuó dentro de sus facultades legales, omitió considerar nuevos antecedentes médicos y no realizó una reevaluación solicitada por la recurrente (la enfermera) y por otros funcionarios de la misma institución. En tal sentido, se concluyó que el actuar del Ejército fue arbitrario, atentando contra las garantías de igualdad ante la ley. La sentencia mandató a la institución castrense a reevaluar el estado de salud de la recurrente y suspender del retiro temporal hasta que se adopten decisiones finales.
“Desde esa fecha (12 de diciembre) hasta ahora no se ha hecho nada. Yo fui presencialmente a la comisión de Santiago en enero, donde no se me atendió. Sólo respondieron -por Ley de Transparencia- que en febrero no había personal médico para atenderme porque se iban con feriado legal. De aquí hasta ahora no ha llegado fecha, ni nada concreto”, sostiene Helen.
La situación revistió mayor complejidad la semana pasada, al ser notificada del abandono de la casa fiscal que ocupa en la población Fitz Roy, ya que no tiene respuesta para darle a su hija. “Lo que me aqueja es esta orden de desalojo, porque tengo una niña de 6 años, con autismo, con trastorno del sueño y hoy es mi último día que tengo que residir en la vivienda”, sostiene Helen. “Esto fue lo que me llevó a acudir a la prensa y hacerlo público, porque se han transgredido mis derechos y los de mi hija, en lo cual se vulneró a una menor de edad. Y yo como madre estoy haciéndolo público”.