Jardín infantil “Colores del Viento” transforma el campus Umag en un laboratorio vivo para la primera infancia
El jardín infantil “Colores del Viento” de Punta Arenas busca fomentar la educación parvularia al transformar el campus de la Universidad de Magallanes en un vasto laboratorio de aprendizaje al aire libre. Con el trabajo comprometido de educadoras como Yanina Bórquez, este establecimiento dependiente de Junji desarrollo un innovador modelo educativo que aprovecha cada rincón del entorno universitario como recurso pedagógico.
Ubicado estratégicamente en Merino Benítez, junto al campus, el jardín ha eliminado las barreras físicas del aula tradicional, permitiendo que los niños exploren libremente este espacio que consideran una extensión natural de su patio.
La esencia de este proyecto educativo se manifestó de manera especialmente significativa cuando un grupo de niños de 3 a 4 años descubrió durante una de sus habituales caminatas pedagógicas un perfilador de viento utilizado por investigadores universitarios. El peculiar sonido del instrumento científico despertó inmediatamente la curiosidad de los pequeños, quienes formularon creativas hipótesis.
Este momento de descubrimiento se enriqueció cuando un ingeniero de la universidad que realizaba mantenimiento al equipo pudo responder las preguntas de los niños, transformando la caminata en una auténtica clase magistral de ciencia adaptada a la primera infancia.
Con seis años de trayectoria desde su fundación en 2018, el “Colores del Viento” ha consolidado un enfoque educativo basado en dos sellos distintivos: el científico-tecnológico y el ambientalista.
Las educadoras han desarrollado una metodología donde los pequeños aprenden a observar meticulosamente su entorno, formular preguntas, plantear hipótesis y, cuando es posible, comprobar sus ideas mediante experiencias sencillas, documentando todo el proceso a través de dibujos, fotografías y relatos.
El impacto de este innovador enfoque se extiende más allá del aula, involucrando activamente a las familias en el proceso educativo. Prueba de ello es la próxima “Expedición Científica Familiar”, actividad programada como parte de las celebraciones del aniversario del jardín.




