Necrológicas
  • – Héctor Jorge Castillo Ortiz
En el Colegio Pierre Faure

Estudiantes mexicanos vivieron inolvidable experiencia de intercambio, incluida la evacuación por alerta de tsunami

Miércoles 7 de Mayo del 2025

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  • “Vamos a seguir en contacto con muchos compañeros y pudimos hacer muchos amigos”, afirman los alumnos procedentes de la ciudad de Veracruz.

 

Con las mochilas llenas de dulces, recuerdos y nuevas amistades, seis estudiantes y dos profesoras del Instituto Rafael Díaz Serdán de Veracruz, México, se preparan para cerrar este jueves 8 de mayo una experiencia transformadora de intercambio escolar en el Colegio Pierre Faure de Punta Arenas. Durante un mes vivieron en primera persona la riqueza del encuentro intercultural, superaron las barreras del idioma y el clima, y construyeron lazos que trascienden las aulas.

La delegación mexicana, compuesta por estudiantes de primero y tercero de secundaria -Mateo Rendón Torres, Sebastián Cobo, Juan Pablo Fuentes Navas, Antonio Martín Díaz e Isaac Guzmán Carmona- fue acompañada por las docentes Elsa Gómez Morgado, de música, y Ana Lili Escamilla Martínez, quien se sumó al viaje para brindar apoyo pedagógico y vivir en carne propia una ciudad que, según sus propias palabras, siempre le generó curiosidad: “No me equivoqué, es hermosa”.

El viaje no fue fácil: dos días de trayecto, escalas en Cancún, Lima y Santiago, una logística exigente y el manejo artesanal del equipaje marcaron el inicio de una aventura que pronto se tornaría inolvidable. A su llegada, el 14 de abril pasado se hizo una recepción protocolar a la que asistió el seremi de Educación, Valentín Aguilera y el obispo Oscar Blanco.

Durante su estancia, los estudiantes asistieron a clases, compartieron con estudiantes magallánicos y se integraron a la rutina escolar del Colegio Pierre Faure. Más allá del aula, participaron en actividades deportivas como el futsal y exploraron la ciudad y sus alrededores, con visitas al Museo Nao Victoria, Museo de Ciencias Naturales del Río Seco, Plaza de Armas, Puerto del Hambre, Monumento a la Goleta Ancud y las icónicas letras de “Punta Arenas”. Un momento especial fue la visita al sector del Andino, y distintos parques de la región.

Uno de los espacios que más disfrutaron los estudiantes mexicanos fue el deporte. El fútbol actuó como puente inmediato con sus pares chilenos, los jóvenes fueron parte activa de los recreos y partidos amistosos de futsal. La convivencia cotidiana también dejó espacio para bromas, lazos cercanos y complicidades. Entre conversaciones en los recreos y mensajes por redes sociales, algunos estudiantes veracruzanos se volvieron especialmente populares entre sus compañeras. 

Las diferencias culturales no pasaron inadvertidas: la duración de la jornada escolar, el clima y el horario de almuerzo fueron temas recurrentes de conversación entre los jóvenes. “Entramos a las siete de la mañana, aquí ya al mediodía tenemos hambre y no hay donde comprar algo para comer”, comentaban entre risas. También destacaron la posibilidad de moverse y de caminar por la ciudad.

Amenaza de tsunami

Uno de los episodios más intensos ocurrió durante una alarma de tsunami, que obligó a evacuar. La experiencia fue impactante, especialmente para quienes nunca habían vivido una situación de emergencia real. La profesora Elsa destacó la organización y respuesta de la comunidad local: “Fue impresionante ver cómo la ciudad reaccionó con orden”.

Este programa de intercambio, que ya tiene más de 15 años de historia, fue impulsado por Bernardo Vera, sostenedor del Colegio Pierre Faure, Leticia Logarrieta, directora del Instituto Rafael Díaz Serdán, y la recordada profesora Concepción “Coco” Flores Montú, quien promovió una visión pedagógica basada en el método “Pilares del Tiempo”. Hoy, ese legado se mantiene vivo en cada nueva edición del programa.

La participación de los estudiantes no es aleatoria. Según explicó la profesora Elsa Gómez, existe una selección basada en la madurez, el comportamiento y la capacidad de adaptación. “No buscamos soldados, pero sí jóvenes que puedan asumir la responsabilidad de representar a su escuela y país”.

El intercambio es recíproco. Así como los estudiantes veracruzanos visitaron Chile, el programa contempla que alumnos del Pierre Faure viajen a México, dependiendo de las posibilidades de cada familia. “El máximo suelen ser cinco estudiantes”, señalaron las docentes, subrayando que, pese a las dificultades económicas o logísticas, el interés por participar no disminuye.

Al despedirse de Punta Arenas, los jóvenes se llevan mucho más que fotografías y recuerdos: una visión más amplia del mundo, el valor de la diversidad, la experiencia de haberse alejado del hogar y la certeza de que la educación también puede ser un puente entre culturas. Los estudiantes, lo resumen con una sonrisa: “Sí, me gustaría volver”. 

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