Luminarias en Natales y el costo de una licitación mal diseñada

La revocación, por tercera vez, de la licitación para el recambio de luminarias en Puerto Natales es una señal de desprolijidad administrativa, pero, por sobre todo, un problema concreto que agrava el día a día de los habitantes de sectores enteros sumidos en la oscuridad. La decisión del Gobierno Regional de Magallanes, que argumentó dificultades en la interpretación de las bases y la necesidad de ajustar la normativa, pone en evidencia una cadena de errores cuya factura la paga, como siempre, la ciudadanía.

El proyecto no era menor: implicaba una inversión pública de más de $1.300 millones para cambiar más de 3.200 luminarias, muchas de las cuales ya no tienen repuestos en el mercado o están fuera de norma. La visita de al menos once empresas interesadas demuestra que existía voluntad del sector privado por ejecutar la obra. Sin embargo, la confusa redacción de los requisitos técnicos -particularmente la exigencia de acreditar representación del fabricante en Chile- provocó que la mayoría de los oferentes quedaran fuera. Aunque la Unidad Técnica intentó aclarar ese punto, la explicación fue malinterpretada. Esto revela que se estuvo ante bases mal formuladas.

La alcaldesa Ana Mayorga lo dijo con claridad: hay zonas que llevan demasiado tiempo a oscuras -el cementerio, la Costanera Norte, la calle Baquedano- y ya no hay forma de seguir parchando. La comunidad reclama con razón, y el municipio no tiene herramientas ni recursos para resolverlo. A esto se suma un componente de seguridad pública: calles sin iluminación son vías más peligrosas, y esa es una realidad que no se puede ignorar.

Las consecuencias de este nuevo revés no son meramente burocráticas. La oscuridad en espacios públicos limita la movilidad, incrementa la sensación de inseguridad, afecta el comercio local e impide el uso pleno de espacios comunes. Es también una señal preocupante sobre la capacidad del Estado regional para ejecutar proyectos esenciales, incluso cuando cuentan con financiamiento aprobado y voluntad política.

Hoy más que nunca se necesita que las próximas bases de licitación sean claras, técnicamente robustas y adaptadas a la realidad del mercado y dar máxima prioridad a este proyecto.