Necrológicas
  • – Héctor Jorge Castillo Ortiz

Volver a creer: el periodismo regional como antídoto a la desconfianza

Por La Prensa Austral Domingo 1 de Junio del 2025

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Los resultados del Informe 2025 sobre el consumo de noticias en Chile trazan un escenario de claroscuros: mientras el interés ciudadano por informarse ha crecido significativamente -un 82,6% declara hacerlo con frecuencia y más de la mitad a diario-, la desconfianza hacia los medios de comunicación sigue siendo el gran obstáculo. El 60% de los encuestados afirma encontrar noticias falsas con regularidad y más de la mitad considera que los medios son sesgados o injustos. Esta paradoja nos interpela: ¿de qué sirve tener audiencias informadas si no confían en lo que leen, ven o escuchan?

El descrédito generalizado no es sólo un problema del periodismo; es una amenaza directa a la vida democrática. Pero entre los datos que arroja el informe, emerge un antecedente esperanzador: el mayor interés declarado por las noticias locales entre las audiencias de regiones (55,3%) frente a quienes viven en la capital (44%). Es una diferencia que debe leerse como oportunidad. Porque mientras los grandes medios arrastran el lastre de su centralismo, su distancia con las comunidades y su dependencia de lógicas comerciales, los medios regionales siguen siendo, para muchos, el único puente confiable con la realidad cotidiana.

En tiempos de sobreinformación, noticias fabricadas por algoritmos y narrativas alejadas del territorio, el periodismo regional cobra un valor estratégico. No sólo por su cercanía geográfica, sino por su posibilidad de establecer vínculos más horizontales, atentos al contexto y al lenguaje local. En una región, un medio no es únicamente un canal informativo: es una institución cultural, una memoria colectiva y un actor cívico.

Sin embargo, esta potencialidad choca con una precariedad estructural que se arrastra por años: escaso financiamiento, dependencia de fondos concursables, dificultad para profesionalizar equipos, y una débil presencia en el ecosistema digital. Frente a esto, urge un compromiso estatal real con el fortalecimiento del sistema de medios regionales, entendiendo que el pluralismo y la descentralización de la información no son un lujo, sino un derecho democrático.

El informe también advierte sobre el rol creciente de las redes sociales, en particular Instagram, como fuentes preferidas para informarse. Este fenómeno no sólo implica cambios en los formatos y ritmos del periodismo, sino también nuevos riesgos: desinformación, bulos virales y un vínculo más frágil con la verdad. En este escenario, los medios regionales -arraigados en comunidades reales- tienen la oportunidad de ofrecer algo que ningún algoritmo puede reproducir: credibilidad basada en el cara a cara, en la cobertura de lo que importa localmente y en la responsabilidad de hablar con y para la gente.

Las audiencias están cansadas de los titulares catastrofistas, de la farándula disfrazada de actualidad, de la cobertura homogénea que desconoce lo diverso. No han dejado de interesarse por las noticias; han dejado de creer en los intermediarios. Reconstruir ese vínculo es posible, pero sólo si el periodismo vuelve a habitar los territorios, a contar lo que otros no cuentan, a estar presente donde suceden las cosas. Y en esa tarea, los medios regionales no son el problema: son parte esencial de la solución.

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