Aviación Militar venezolana inicia proceso contra 80 sargentos por deserción
- Los efectivos, ausentes de sus unidades sin justificación, se suman a la creciente ola de militares que abandonan filas en medio del colapso institucional.
La Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) enfrenta una de las peores crisis de los últimos doce años: la deserción masiva de su personal, fenómeno que afecta especialmente a la Aviación Militar. Esta semana se conoció que 80 sargentos han sido formalmente pasados a Consejo de Investigación por “permanencia no autorizada y sin justificación” fuera de sus unidades, en un contexto marcado por la politización, la precariedad económica y la negativa sistemática a conceder la baja solicitada.
Con la orden N° 9425, emitida el 22 de mayo por el Comandante General de la Aviación Militar, mayor general Lenin Lorenzo Ramírez Villasmil, se inició el proceso disciplinario contra los militares ausentes. El procedimiento será encabezado por el Consejo Disciplinario de la institución, conformado por cinco oficiales que evaluarán la gravedad de las infracciones y recomendarán sanciones, entre ellas la separación definitiva de la FANB.
Según fuentes internas, estos Consejos son, en la práctica, una formalidad, ya que la mayoría de los efectivos abandonan la institución para emigrar del país, tras no recibir respuesta a sus solicitudes de baja. La deserción, según el artículo 37 de la Ley de Disciplina Militar, está tipificada como una “falta grave”.
Los implicados deberán comparecer el 18 de junio a una audiencia oral en la sede de la Aviación en Caracas. La lista incluye a cinco Sargentos Mayores de Tercera, 44 Sargentos Primeros y 31 Sargentos Segundos, cuyas identidades han sido publicadas oficialmente. Este grupo representa apenas una fracción de los miles que han abandonado la FANB en los últimos años, en medio del deterioro institucional y el creciente descontento entre las tropas.
Analistas coinciden en que la negativa del alto mando a conceder las bajas solicitadas, sumada a la instrumentalización política de la institución, alimenta un clima de tensión interna que se traduce en una fuga constante de personal. Esta situación amenaza no solo la operatividad de los cuerpos castrenses, sino también la estabilidad del régimen que depende del apoyo militar para sostenerse.
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