Carolina Tohá: “El avance en la descentralización no depende de la eliminación de los delegados”
- En conversación con El Magallanes, la exministra del Interior defendió su gestión como encargada de la seguridad del país, aseguró la unidad oficialista tras la primaria y acusó a Evelyn Matthei de haberse alineado con la “derecha radical”. Señala que no tiene “ningún plan de perder” el próximo domingo en la primaria oficialista.
Tomás Ferrada Poblete
Corresponsal en Santiago
En el corazón del barrio París-Londres —apodado por algunos como “el barrio del Socialismo Democrático”— se instaló el comando presidencial de Carolina Tohá. Desde un cowork arrendado especialmente para la campaña, y a sólo pasos de las sedes del Partido Socialista, Radical, Liberal y su propio PPD, la exministra y exalcaldesa de Santiago prepara la recta final antes de las primarias del domingo próximo.
Allí recibió a El Magallanes para conversar en medio del ajetreo electoral: “Una elección es una competencia y para haber competencia tiene que haber diferencia y siempre hay algún nivel de roce. Lo importante es que eso se dé dentro de unos márgenes y nosotros hemos cuidado mucho que cada cosa que hagamos respete esos márgenes”, opina sobre el tono que ha tomado esta campaña.
– Justamente al inicio de esta semana usted fue muy dura con el Partido Comunista. ¿Cómo se hacen las paces después de haberles dicho que donde gobiernan generan hambre?
– “No, es que no se hacen paces, son opiniones políticas. No son confrontaciones ni insultos, son opiniones políticas”.
– Candidata, la quiero poner en dos escenarios que son perfectamente posibles viendo los últimos resultados de las encuestas. El primero es si usted gana la primaria. ¿Qué gesto esperaría por parte de sus contrincantes la misma noche del 29 de junio?
– “No, es que en todos los escenarios mis estándares son los mismos. Después de la primaria todos nos ponemos detrás de quien resulte triunfante y trabajamos juntos. No cambia, gane quien gane, tiene que pasar lo mismo”.
– Y si llegase a ganar Jeannette Jara, usted como líder de su sector, ¿qué hará para evitar que exista la mayor cantidad de desmarques por parte del Socialismo Democrático?
– “No, es que en todos los escenarios se hace lo mismo”.
– Lo que pasa es que ya hemos visto declaraciones por parte de algunos personeros del Socialismo Democrático desmarcándose del FA y el PC.
– “Pero son personas individuales. En los sectores políticos ninguno ha tenido ninguna vacilación respecto a que aquí hay un proyecto conjunto después de la primaria”.
– ¿Entonces el apoyo al vencedor de primarias es irrestricto?
– “Es un compromiso. Cuando tú firmas un pacto de primaria, firmas ese compromiso. Ni siquiera es válido ponerlo en discusión. Ahora, uno siempre puede ver sujetos que tengan posiciones personales distintas. Pero como fuerzas políticas y responsables no se puede poner en duda el compromiso que se adoptó. De parte de nadie ni en ningún escenario”.
– Y si usted pierde la primaria, ¿qué rol le gustaría asumir en una eventual campaña de Jeannette Jara, Gonzalo Winter o Jaime Mulet?
– “No, yo no tengo ningún tipo de plan de perder la primaria. O sea, todo mi plan es para ganar la primaria. Así que no he hecho planes distintos”.
– ¿Cómo interpreta usted la alza que ha tenido Jeannette Jara en las últimas encuestas y el estancamiento de sus propios números?
– “No hago análisis de ese tipo. Los análisis de las encuestas se los dejo a los analistas. Yo hago análisis del trabajo que hacemos en la campaña, de lo que le proponemos a la gente, de cómo llegar a los distintos lugares. Ese es mi rol como campaña. El análisis electoral y la formulación de hipótesis de escenario son otras personas encargadas de eso”.
-¿Por qué usted se considera la más competitiva para ganarle a la derecha?
– “Porque creo que aquí hay más capacidad y más vocación de reunir un conjunto de sectores que van más allá del oficialismo (…). Lo hemos hecho muchas veces. Estuvimos en el esfuerzo de construir la alianza que en su momento fue la que derrotó a Pinochet, en un momento en el que sectores de la oposición estaban muy enemistados. Estuvimos en el esfuerzo de cuajar y sostener por largos años la Concertación. Estuvimos en el esfuerzo de ese encuentro que se dio después en la Nueva Mayoría, con el PC, y me tocó ser protagonista de eso. De hecho, se inició mientras yo era presidenta del PPD. Me tocó estar en el esfuerzo de reencontrar y trabajar junto al Socialismo Democrático con las fuerzas del gobierno del Presidente Boric, a pesar de que también ahí había muchas tensiones. Hemos estado en reiteradas oportunidades en este desafío de juntar sectores que no vienen de una convergencia evidente”.
– ¿Qué tanto le pesa a usted y a su candidatura el haber sido una de las voceras más visibles de lo que fue la campaña del Apruebo que resultó derrotado?
– “Mire, yo en la campaña del Apruebo tuve una postura y la hice pública. No lo hice en representación de nadie porque no fui invitada a ningún comando. Todas las posiciones que tomé fueron estrictamente personales. Y creo que todas las personas que miran ese proceso saben que, ni las personas de mi sector que estábamos en el Apruebo estábamos contentas, ni las que se fueron con el Rechazo tampoco. Porque lo que queríamos era un escenario que no se logró construir, que era de un gran acuerdo constitucional. Y cada uno ahí tomó su decisión en qué lado se ponía ante ese escenario. Y la posición que yo tomé tuvo mucho fundamento en el sentido de buscar una aprobación del texto constitucional, pero con un acuerdo para reformar los aspectos que eran más polémicos. Y creo que ese escenario tan complicado fue una postura válida. Y donde quiera que me la pregunten no me siento para nada complicada en fundamentarla”.
– ¿No hay ningún arrepentimiento?
– “Es que yo creo que todo el proceso constitucional es algo que, para todo el sistema político, fue un fracaso gigante. La gente que estuvo feliz por el Rechazo era la gente que no quería cambiar la Constitución. Pero no creo que la gente que quería una Constitución distinta tampoco se haya sentido tan contenta de que haber fracasado finalmente quedarnos con la Constitución que teníamos y que la ciudadanía tan mayoritariamente había dicho que quería reemplazar. Entonces yo creo que es un proceso fallido en toda línea. Y desde ese punto de vista no creo que nadie se pueda sentir feliz de cómo concluyó”.
– Usted dijo, y es bastante lógico, que para poder ganar la presidencial había que conquistar a ciertos votantes del Rechazo. 38% contra 62%, no es fácil la misión. ¿Cómo una carta oficialista puede atraer a esos votantes?
– “Bueno, porque esos votantes votaron contra la propuesta constitucional, pero no son votantes que se sientan necesariamente identificados con la derecha, y menos con esta derecha tan radical, tan extrema, que ha tomado un retroceso respecto a sus mismas posturas de hace unos años atrás. Entonces esos electores no son para nada electores que en su identidad política se les pueda considerar de derecha. Son electores que en cada elección van a mirar qué se les propone y yo creo que van a estar muy atentos”.
“Esta propuesta presidencial saca algunas cosas en blanco de lo que fueron esos fracasos, los dos fracasos constitucionales. Yo no veo en la derecha ninguna capacidad crítica respecto a lo que eso fue y al rol que ellos tuvieron, que son totalmente responsables del segundo fracaso. Ninguna. Cero. Y creo que aquí sí la tenemos, y que la tenemos más que ninguno de los otros competidores que me acompañan en esta primaria”.
– Acaba de decir derecha radical y extrema derecha. ¿Dentro de esa definición cabe Evelyn Matthei?
– “Lamentablemente sí. Ella, probablemente por su estrategia de competencia, ha ido asimilando sus posturas a esa derecha radical y ha retrocedido en cosas básicas, por ejemplo respecto al liderazgo que representaba el Presidente Piñera. Ella le puso objeciones al acuerdo de la reforma provisional, le puso objeciones al acuerdo del Ministerio de Seguridad. Estuvo hasta hace poco teniendo planteamientos que implican una cierta justificación de los periodos de mayor violencia de la dictadura militar. Creo que se ha ido corriendo hacia esas posturas lamentablemente”.
– Sobre su rol como ministra encargada de la Seguridad Pública del país en su momento, ¿usted hace alguna autocrítica respecto al manejo del gobierno en esa materia, que hoy por hoy es sin duda el tema que más preocupa a los chilenos?
– “Hay muchas autocríticas. Hay muchas cosas que se pueden, vistas después, hacer mejor. Pero mi balance es que en esa gestión nos hicimos cargo de una crisis monumental para la cual el Estado no tenía ninguna herramienta. No había ninguna estrategia, no había recursos. Había una agenda legislativa detenida, había unas policías que estaban en su momento de máxima debilidad y se logró en dos años y medio un conjunto de decisiones muy amplias para enfrentar eso. Creo que no hay comparación con ninguna gestión que se haya desarrollado en tiempos de democracia de fortalecimiento de la capacidad del Estado para enfrentar la seguridad. Y eso todavía no tiene un impacto visible en la vida de las personas, aunque sí en los indicadores de seguridad (…). Y eso es lo que provoca esta sensación de temor y esta sensación de que queda mucho por hacer. La comparto y me siento empática con ella, pero creo que la gestión que se hizo no sólo tiene todos los elementos para ser defendida, sino que no hay comparación en lo que podemos mostrar, como conocimiento y resultados en materia de seguridad, respecto a cualquiera de mis competidores”.
– ¿Qué propone usted para poder alcanzar la descentralización? Es una eterna promesa de todos los gobiernos.
– “Yo creo que lo principal es que quienes queremos la descentralización tenemos que poner un modelo por delante de qué país descentralizado queremos ser. Porque hay distintos modelos en la mente de la gente que se pone detrás de esa idea y la falta de una mirada común ha sido un gran obstáculo a avanzar. Cuando se logró aprobar la elección de los gobernadores regionales fue renunciando a poner una claridad de cuáles iban a ser sus competencias, cuál iba a ser su rol, cuál iba a ser su relación con el gobierno central, porque en eso no se logró construir acuerdos. Y yo creo que la próxima etapa, el objetivo es eso. Y mi opinión personal es que lo que hay que acordar fundamentalmente es: cuáles de las funciones que hoy están radicadas en el gobierno central estarían en mejores manos en el gobierno regional”.
– ¿Y cuáles deben ser?
– “Creo que fundamentalmente son los temas de ordenamiento territorial, de fomento productivo, de servicios ligados al territorio, como es transporte, tránsito y políticas de turismo. Y creo que eso además tiene que ir acompañado con niveles más altos de autonomía financiera, administrativa y exigencias de responsabilidad fiscal. Lo que tenemos hoy en nuestra institucionalidad no está pensado así, está pensado como traspaso de competencias puntuales, que desde el punto de vista de avanzar en la descentralización generan poca diferencia. Y por eso hay que pasar a un modelo distinto. Es decir, el Gobierno Regional queremos que asuma estas tareas”.
– El Presidente Boric prometió en su momento la eliminación de los delegados presidenciales y no cumplió. ¿Usted los mantiene?
– “Digo claramente que el avance en la descentralización no depende de la eliminación de los delegados. Si mientras sigan todas las competencias y las funciones en el gobierno central la eliminación de los delegados, lo único que haría es que funcionaría peor el Estado, pero no generaría descentralización (…). El Presidente Boric hizo ese compromiso y apenas vio funcionar el sistema se dio cuenta que era inviable. Porque lo que el gobierno central hace se tiene que hacer coordinadamente. Y hacerlo de manera descoordinada no genera descentralización, genera sólo mal gobierno”.
– ¿Qué visión tiene de la industria del hidrógeno verde? ¿Este gobierno ha hecho lo suficiente para potenciarla?
– “Creo que se ha hecho mucho, pero hay que subir la ambición. Porque el hidrógeno verde tiene unas dimensiones de potencial que al ritmo que vamos nos demoraríamos demasiado tiempo en ocupar ese espacio de posibilidades que tenemos (…). Para elevarla es importante primero que haya consenso político más amplio en lo estratégico de este sector y que hagamos lo que sea necesario para facilitar su desarrollo, que fundamentalmente está por el lado de la infraestructura, de la logística, de la formación de capital humano, del fortalecimiento de los puertos. Y creo que en eso el Estado tiene que ser un gran socio de este esfuerzo (…) Y la permisología, por cierto, que es parte importante del asunto”.
– ¿A usted le gusta el término permisología? Hay candidatos que lo rechazan.
– “¿Sabe lo que no me gusta? Que se diga que la permisología es un problema de las grandes inversiones. Porque también hay permisología para el proyecto de vivienda social. También hay permisología para las aguas potables rurales. También hay permisología para la implementación de las compras públicas de cualquier proyecto necesario de equipamiento que uno quiera hacer, por ejemplo, en seguridad. También hay permisología para las universidades públicas cuando quieran desarrollar proyectos. Entonces, la permisología es una forma de organización de la administración del Estado engorrosa y más lenta de lo que requiere nuestro tiempo”.
“Hay que pensar una fuerza política que
supere la actual alianza de gobierno”
Para Carolina Tohá, el entendimiento entre las fuerzas oficialistas no basta para proyectar una candidatura presidencial competitiva. Aunque valora el pacto Unidad por Chile como la “expresión de lo que ha sido la alianza de gobierno”, la exministra subraya que se trata de una base insuficiente: “La alianza electoral que hay que construir va a tener que ser necesariamente más amplia”.
Esa ampliación, según plantea, debe incluir a la DC. “Todos queremos y deseamos que haya una convergencia con la Democracia Cristiana, por ejemplo”, dice, sumando además a “actores sociales que se sienten reflejados acá y que no son partidos, pero que sus temas les importa que sean recogidos”.
Respecto a la incorporación de la DC, insiste en que no se trata de una aspiración condicionada a su propio triunfo: “Es deseable en cualquier escenario. Y creo que era deseable incluso desde antes de la elección”. Aunque reconoce que su liderazgo podría generar condiciones más favorables para esa apertura, insiste en que “hay muchos actores que tenemos que opinar para que eso sea posible. No basta solamente mi voluntad”.




