Fuego “amigo”
No se observa un marcado ambiente en “modo elecciones” ante los sufragios de las primarias este próximo domingo, ya que el voto es voluntario y las preocupaciones de las personas parecieran estar dirigidas a otras temáticas, incluso de tipo internacional. De los 15 millones de potenciales sufragantes, las proyecciones optimistas apuntan a que al menos 2 ó 3 millones acudan a las urnas este fin de semana.
Pero las campañas y declaraciones que por estos días se han observado en los medios presentan un foco común: son un fiel reflejo del ejercicio político genuino, no el que se lee en los libros de cívica y proclama el deber ser, si no el que se embarca en la necesidad de conseguir el poder estratégicamente.
Ha resultado meritorio para la Izquierda colocarse de acuerdo en ir a Primarias para elegir a un o una candidata que represente sus ideas ante las Presidenciales de fin de año, como han destacado diversos timoneles de partidos oficialistas, ya que además de fortalecerse el ejercicio democrático, resulta una buena vitrina para que las personas conozcan a quienes pretenden ceñirse la banda tricolor. Se proyecta que la mayor exposición mediática conquiste a ese esquivo y a veces impredecible voto del ciudadano “de a pie”, ese que no se identifica con partidos políticos y en general se desencanta cada vez más con los desaciertos de quienes debieran liderar nuestro destino como país. Por otra parte, la ganancia de presentar una sola figura ungida con el triunfo en esta instancia inicial, apoyada por las huestes de los eventuales perdedores, le otorgaría una gran ventaja sobre los verdaderos contrincantes que van divididos pues no lograron colocarse de acuerdo en la organización de una elección similar.
Pero lo que parecía un buen inicio para remontar la adversidad reflejada en las encuestas ha ido presentando dificultades, algunas inevitables debido a las vertientes ideológicas de sus protagonistas y otras que pudieron haberse manejado con mayor cautela, esa misma que se pierde cuando el apremio por diferenciarse del contrincante pasa a priorizarse por sobre otras consideraciones. Los y las mismas que ayer aparecían sonrientes y tomados de las manos en las fotos cuando pertenecían al mismo equipo, hoy en los debates y declaraciones a la prensa “se hacen la desconocida”, descalificando desempeños ajenos ante la atónita mirada de quienes han sido aludidos(as), ya que no esperaban un “fuego amigo” tan atronador.
Estas primarias no escapan a las dinámicas que se observan en este tipo de elecciones: un inicio prometedor de exponer y debatir ideas para llegar a consensos, siempre prometiendo unidad en el sector y una crítica con “guante blanco”; para ir transformando los mensajes según las interlocuciones interpretadas con el filtro del momento. Es natural que la ambición de algunas o algunos participantes les haga subir la apuesta, en especial cuando el oráculo de las encuestas les va favoreciendo y constatan una asociación entre lo que dijeron y el efecto provocado en la gente, en un condicionamiento conductual y actitudinal que es dictado por el refuerzo del potencial voto. Hay momentos para enfrentarse a un contrincante, y otros para ajustar la mira hacia quien podría complicar la propia postura, o en su defecto, aprovechar la oportunidad de arrebatar parte de su electorado.
Los 9 debates han dejado en evidencia que hay temáticas que estratégicamente los y las participantes prefieren relativizar e incluso ignorar, para centrar sus dardos en los puntos débiles del otrora camarada, hoy rival y mañana aliado nuevamente. Fuertes críticas hacia otros que inevitablemente salpican hacia el propio terreno, incongruencias ideológicas de fondo maquilladas con silencios estratégicos, descalificaciones hacia desempeños pasados y proyecciones de cambiar esas responsabilidades hacia otros que harían mejor las tareas, una simplicidad casi ingenua en la propuesta de soluciones a problemas que se han complejizado con el tiempo, por mencionar algunos aspectos que hemos visto estas semanas. Como no aludir a franjas televisivas que muestran estrategias persuasivas dignas de hace 4 décadas, basadas en el terror y la burla hacia el contrincante, curiosamente planteadas en la actualidad por jóvenes que venían a renovarlo todo.
Como lo han dicho las mismas involucradas, pues parece que como en tantos temas las mujeres “la llevan” en esta competición, ha habido heridas no esperadas en esta campaña. Sólo el tiempo nos dirá que tan profundas podrían resultar para observar movimientos en las capas tectónicas, o si se maquillarán, como tantas veces, para seguir apuntando al objetivo primordial.




