“Pingüi Libros”: el oficio de vender historias y de incentivar la lectura en Magallanes
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Sin local establecido, Luisa Quezada apuesta por ferias y exposiciones para acercar títulos nuevos y usados a públicos de todas las edades.
En tiempos donde se repite que la lectura está en crisis, Luisa Quezada, antigua dirigente del barrio 18 de Septiembre, demuestra lo contrario. Su emprendimiento “Pingüi Libros” lleva más de 40 años promoviendo el acceso a la lectura desde Magallanes, sin un local fijo y con el impulso de una vocación que se sostiene en el tiempo. “Este es un oficio que aprendí trabajando con empresas del rubro, pero cuando desaparecieron en la región, decidí seguir sola, porque esto es lo que sé hacer”, afirma.
Luisa ha construido una red fiel de lectores, especialmente en ferias y exposiciones donde instala su puesto con libros nuevos y usados, a precios pensados para ajustarse a la realidad local. Sin una tienda física, la librera prefiere la venta en terreno: “No me alcanza para pagar un local y tampoco me gusta estar encerrada. Prefiero las ferias, ahí tengo contacto directo con la gente, y es más libre”, explica.
Desde hace algunos años, el emprendimiento se consolidó bajo el nombre Pingüi Libros, presente en Instagram como @pingui_libros_magallanes. El catálogo combina literatura complementaria, novelas clásicas y libros regionales —estos últimos, su mayor orgullo—, gracias a una selección cuidadosa que incluye textos descatalogados o fuera del circuito comercial.
Libros regionales y
precios accesibles
Uno de los sellos del proyecto es precisamente el rescate y circulación de obras sobre Magallanes, tanto históricas como contemporáneas. “Me gusta mucho mi región, y por eso leo todo lo que puedo. Conozco los libros, los recomiendo, y la gente me busca por eso”, cuenta Luisa, quien ha recibido apoyo del Fondo de Solidaridad e Inversión Social (Fosis) para ampliar su stock y mejorar su presentación en ferias.
Gracias a este financiamiento pudo adquirir mesas, estanterías y, sobre todo, una mayor variedad de libros regionales. También accedió a capacitaciones en venta, cálculo de márgenes y gestión básica, herramientas fundamentales para seguir desarrollando su negocio de forma sostenible. “Yo antes no sabía cómo calcular el valor de venta, ni cómo fijar márgenes. Ojalá pudiera regalar libros, pero tengo que cubrir los costos”, comenta.
El precio de los libros nuevos sigue siendo una dificultad. “Un texto pequeño puede costar 10 mil pesos de base. Entre envío y transporte, tendrías que venderlo a más de 12 mil. Si tienes hijos y necesitas varios libros, es inalcanzable. Por eso trato de vender lo más barato posible, y me apoyo en libros usados que consigo en buen estado”, explica. Además, recibe donaciones y compra ejemplares de segunda mano cuando puede, con el objetivo de mantener una oferta diversa, accesible y de calidad.
Jóvenes lectores
Contrario a los prejuicios, Luisa asegura que sí hay interés lector, especialmente en jóvenes. “Dicen que los jóvenes no leen, pero no es cierto. Hay muchos que buscan libros profundos, no solo cómics. El otro día un chico me pidió El Extranjero (Albert Camus), otro me hablaba de El Profeta (Khalil Gibran). Eso te da esperanza”, cuenta con entusiasmo.
Actualmente, Pingüi Libros se prepara para la Expo Invierno, donde estará presente durante siete días completos. El costo de participación, reconoce, es alto. “A veces no alcanzas a recuperar la inversión. Por eso es importante que la gente apoye estos espacios. No somos ni microempresas, somos pequeños emprendimientos que subsisten con esfuerzo”, afirma.
Luisa agradece el respaldo del Fosis y también la solidaridad de quienes donan libros en buen estado. “Siempre estoy buscando títulos a buen precio, para poder venderlos baratos también. Si alguien tiene libros que ya leyó y quiere aportar, todo suma”, dice.




