“La escena local tiene mucho potencial, pero para que crezca necesitamos condiciones que valoren el trabajo de las y los músicos”
La cantante Amanda Kurt fue la invitada especial que anoche tuvo el restobar Bodega 87, donde junto a su banda, presentó un show intenso y cálido, con toques suaves en algunos segmentos. Un estilo en que se pudo apreciar el sonido de sus referentes, como Nirvana y P.J. Harvey, principalmente.
La joven artista es una de las nuevas referentes de la escena musical magallánica, con frecuentes actuaciones. “Estamos estrenando parte del nuevo material que hemos estado trabajando este año, así que hay muchas ganas de compartir eso con el público local. Fue una tocata intensa, muy honesta, con momentos de distorsión y otros más íntimos. Me interesa que la gente no sólo escuche, sino que sienta”, adelantó la cantante, que estará acompañada en el escenario por “mis amigos o como solemos llamarnos ‘Los rifados’… Dieguito en el bajo, Juan en la batería y Vicente en la guitarra”.
Amanda Kurt vivió en Nueva York y Los Angeles, experiencia sumamente provechosa para su desarrollo artístico. “En Nueva York conocí bandas de todo el mundo y de muchos estilos diferentes, pero lo que me llamó la atención es que, para muchas de ellas, la identidad propia no estaba del todo clara. Creo que, por ser una ciudad tan grande y con tanta diversidad, se pierde un poco el sentido de quién eres realmente. Lo viví en carne propia después de un año ahí; sentí que estaba entrando en un ciclo repetitivo donde nada terminaba de tener sentido. Claro que tocar música era divertido y enriquecedor, pero después de un tiempo la ciudad ya se volvió aburrida y decidí que era momento de partir y buscar algo con más sentido para mí”, reveló la cantante.
De regreso en el país, grabó canciones y videoclips que se difunden a través de las redes, a los que sumó presentaciones en diversos escenarios, “desde bares pequeñísimos en Santiago hasta encuentros culturales en el sur, y cada escenario tiene su propia energía. Siento que hay una escena alternativa que está viva y lo ideal es que se apoye mutuamente, pero también es cierto que todavía faltan más espacios estables para músicos locales”, reflexiona. Al respecto, cree que lo ideal sería “que los espacios que programan música en vivo cuenten con lo necesario para recibir bandas: sonido básico, amplificación, condiciones técnicas mínimas. Muchas veces, a pesar de llevar público, tenemos que encargarnos de todo el montaje nosotros mismos, y eso genera un desgaste importante. La escena local tiene mucho potencial, pero para que crezca de verdad necesitamos condiciones que valoren el trabajo de las y los músicos”.
El trabajo más reciente es el álbum titulado “Mamaicha”, con un sonido muy experimental y místico, en tanto que “Love Virus” va más en la corriente de rock alternativo. “Nació de una colaboración que para mí fue muy especial. Mientras estábamos en Estados Unidos, mi bajista Diego llegó con un riff que me quedó dando vueltas en la cabeza. Lo escuchaba una y otra vez hasta que la melodía apareció sola. Justo recordé que mi esposo, que es norteamericano, había escrito un poema unos meses antes que calzaba perfecto con esa melodía. Le pregunté si podía usarlo y me dio el ok, y así la canción fue tomando forma”.
Amanda Kurt aprovecha las opciones que brindan las plataformas de Internet, aunque no le conforma de todo este sistema: “La verdad, detesto Spotify, tanto como consumidora como artista. Si fuera por mí, no subiría nada a internet, tendría todo en discos físicos o en mp3 guardados en el cel. YouTube es lo único que se acerca a lo que me gusta, porque no te cobran ni un peso por subir tu música o videos. Spotify es malvado, y para colmo usé DistroKid para subir mis canciones y me las bajaron sólo porque no pagué la suscripción a tiempo, ¡una estupidez total! Estoy súper decepcionada del sistema actual para expandir música, siento que el modelo actual para expandir la música no favorece mucho a los artistas independientes y, siendo sincera, a veces siento que es más una trampa que una oportunidad”, critica.
Además de la creación e interpretación musical, Amanda Kurt y sus músicos han podido compartir experiencias con nuevas generaciones. Hace unos días, por ejemplo, acudieron a la Escuela Croacia para un encuentro con los estudiantes. “Cada vez que toco en colegios me llevo una grata sorpresa. Uno podría pensar que los jóvenes están totalmente metidos en la música urbana, pero no es así: cada vez hay más fans de bandas como Soda Stereo, Arctic Monkeys, Nirvana, etc y eso me da esperanza para el futuro. Me encanta ver cómo se encienden cuando están en un concierto, esa sensación de no saber qué hacer porque están viviendo algo que en su día a día no siempre pueden experimentar. Es como si la música tomara control de sus cuerpos y los llevara a moverse sin pensarlo”, finalizó la cantante.




