La historia de la reciente estafa piramidal que habría afectado a más de 3 mil chilenos
El martes 8 de julio la web de la página sunflower.cl dejó de estar disponible. Y la cuenta de Instagram desapareció. El mismo destino sufrió la inversión que habían hecho más de 3 mil personas: simplemente se esfumó.
Se trata de una historia recogida por el Diario Financiero y que tiene a los ejecutivos en Chile de la firma dando explicaciones. Y asegurando que también fueron víctimas de lo que ocurrió.
Todo comenzó -dice el reportaje del medio citado- en junio de 2023. Ese día Raúl Medel Monges inscribió una sociedad en Las Condes, con un capital de sólo $450 mil, en representación del extranjero Jesse Warren August.
¿El nombre de la nueva sociedad? Sunflower Technologies. En agosto de ese año, llegó Pablo González, quien había postulado como gerente. “Me dijeron que era una empresa que tenía una aplicación que buscaba armar un área de recursos humanos”, dijo al DF.
Cómo operaba
Sunflower ofrecía una app móvil y un sitio web (sunflower.cl), publicitando una rentabilidad de hasta -en casos puntuales- 12% mensual.
Esto, a partir de depósitos mínimos de US$50. La plataforma funcionaba mediante “coincidencias” (matching) que supuestamente financiaban tarjetas de crédito, y operaba con sistema de referidos, misiones diarias, y sorteos con premios como PlayStation, Nintendo, freidoras, entre otros. Desde Las Condes, la empresa mantuvo un equipo formal de 30 personas, incluyendo community managers y asesores, quienes trabajaban desde una oficina real y llegaron a iniciar los trámites de inscripción en la Ley Fintec con apoyo del estudio jurídico Nilo Lavín y Asociados.
Mena y González señalaron que en un comienzo todo parecía funcionar dentro de la legalidad. A los dueños los denominaban “los asiáticos”, pues señalaban que eran de Singapur. Iban a la oficina en Las Condes y solo hablaban en inglés.
“Siempre decían que estábamos creciendo muy lento”, sostuvo Mena, quien aseguró además no haber sospechado nada.
Para utilizar la app, sólo había que descargarla, depositar algunos dólares y esperar a que el dinero creciera. Fue un éxito: a través de distintos canales empezaron a captar a personas. Incluso llegaron al centro comercial Apumanque a hacer eventos motivacionales.
Según comentó González al medio citado, “se entregaron más de 600 premios, entre ellos Play Station, Nintendo, Freidoras eléctricas”.
Como suele ocurrir en este tipo de esquemas, los primeros inversionistas no tuvieron inconvenientes en retirar sus ganancias. Compartían capturas de pantalla con sus supuestos rendimientos, animaban a conocidos a unirse a la plataforma y volvían a invertir.
Sunflower se presentaba como una fintech con sede en Singapur, que ofrecía educación financiera y aseguraba utilizar inteligencia artificial para gestionar las inversiones. Cada usuario contaba con un código de referido y era alentado a invitar a nuevos participantes, en un sistema que premiaba la captación de más inversionistas.
El colapso
Mena señaló al DF que en los primeros meses en que la firma opero no podía dormir, por “temor a que los chinos se vayan con la plata”. No obstante sus miedos parecían infundados: cuando se pedían retiros llegaban sin problemas, tanto a él como a familiares y amigos.
Había ya más de 3 mil personas que confiaban en el producto. Gonzáles mandaba a “Nick”, en Singapur, todos los meses nómina de empleados y los sueldos se pagaban. Los impuestos también estaban en la legalidad. En Reddit, no obstante, comenzaron a haber cuestionamientos. Es que aparecieron usurarios hablando de la posibilidad de que se tratara de un esquema Ponzi.
De pronto, todo colapsó. El jueves de la semana antepasada hubo dos retiros de US$100 mil y la firma no procesó los pagos. “No había pasado nunca en dos años”, comentó al DF el gerente.
“El viernes le dijimos a los asiáticos en la oficina, les comentamos que esto era muy grave y nos dijeron que esa tarde se haría el depósito y que el lunes de la semana recién pasada llegaría una persona nueva a la oficina, también asiática”, agregó. Durante la tarde del sábado antepasado, los ejecutivos se llevaron una desagradable sorpresa, cuando notaron que los números asociados a los dueños desaparecieron de los grupos de WhatsApp.
“En ese momento me di cuenta de la forma en que estaban operando”, dijo Mena. También aseguró haber perdido el 90% de su patrimonio en la aplicación.
El lunes recién pasado no llegó a la oficina ninguno de los asiáticos. Fue ese el momento en el que se habrían dado cuenta que habían sido estafados. Por ello, acudieron a la PDI, hicieron una denuncia y declararon todos los ejecutivos.
Mena incluso abrió su secreto bancario, para demostrar que no recibió ningún peso. “Somos parte de la defraudación, somos inocentes, nos vendieron esta fachada y caímos, no vimos señales de que esto podría ser una estafa”, dijo el ejecutivo.
Señaló además que desapareció más de US$1 millón. El martes pasado, en tanto, la CMF emitió un comunicado.
En él señaló que Sunflower “no está autorizado para prestar servicios regulados en la ley Fintec”.
Emol




