Superman: Guardián de la galaxia
Por Guillermo Muñoz Mieres,
periodista
Estados Unidos, 2025
Director: James Gunn
Protagonistas: David Corenswet, Rachel Brosnahan, Nicholas Hoult
En salas de cine y Natales
Superman, el sobreviviente del extinto planeta Krypton que, con poderes sobrenaturales, se convierte en defensor de la Tierra, está de vuelta. Y ahora tiene un nuevo rostro: el de David Corenswet, un joven actor más conocido por sus trabajos en series que en cine. Con él ya son tres los actores que han encarnado al Hombre de Acero en menos de 20 años, tarea nada fácil, pues todos deben medirse con la sombra de Christopher Reeve, quien lo interpretó por primera vez en la gran pantalla con Superman: La película (1978), obra considerada fundacional en el universo cinematográfico de superhéroes. Reeve repitió el papel en tres ocasiones más durante casi una década, y toda una generación asumió que ver a Reeve era ver a Superman; pensar en Superman, inevitablemente, llevaba a su rostro.
El terreno para lo que vendría lo preparó la serie televisiva Smallville, que relataba las peripecias del joven Clark Kent antes de convertirse en héroe. En 2006, Bryan Singer estrenó Superman regresa, con un Hombre de Acero autoexiliado que vuelve para descubrir que el mundo puede sobrevivir sin él, y que quizá no era tan invulnerable como pensaba.
Ahora, el superhéroe vuelve en un contexto dominado por universos interconectados como los de Marvel y DC, donde ninguna película es autónoma, los personajes se cruzan y hasta hay que esperar al final de los créditos para enterarse de lo que viene.
El director James Gunn —quien viene precisamente de Marvel, tras dirigir Guardianes de la galaxia— apuesta aquí por ir “al hueso” y no repetir lo que todos ya saben. Su Superman lleva tres años como héroe, pero enfrenta problemas: el multimillonario Lex Luthor —una posible analogía de Elon Musk— lo acusa de ser un alienígena que busca dominar el planeta. A esa sospecha se suma el gobernante de Boravia, territorio que recuerda a un híbrido entre Donald Trump y Vladimir Putin.
La película mezcla acción, fantasía, ciencia ficción y melodrama, pero se arriesga con un aire de comedia: Clark Kent mantiene una relación secreta con su colega Lois Lane, discuten como cualquier pareja y ella incluso le reprocha no saber que tenía un perro.
Los efectos especiales son impecables: batallas espaciales, mundos virtuales y edificios que se desploman. Sin embargo, este último recurso, tan recurrente en el cine de superhéroes, ya cansa por lo poco creativo. Por momentos la cinta parece un cruce entre una entrega de Marvel y Misión Imposible (sin Tom Cruise).
Lo que la conecta con la versión de 1978 es la fortaleza de Superman en la Antártida y la música de John Williams, ahora retocada con sintetizadores que evocan al griego Vangelis.
Si el eslogan de 1978 era “Creerás que un hombre puede volar”, aquí la pregunta es: ¿logra esta película despegar?




