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Marisol Raín y el retorno a las raíces: medicina y cosmética mapuche en el extremo sur de Chile

Sábado 26 de Julio del 2025

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  • Elabora cada uno de sus productos, como parte de un saber que aprendió de su familia y que ha pasado de generación en generación.

Marisol Etelvina Raín Levi aprendió a trabajar con las hierbas medicinales desde niña, observando a su madre y a su padre mientras recolectaban, cocinaban y curaban. Nacida en Punta Arenas, creció con las manos cerca de la tierra y con la memoria viva de una cultura que sus propios padres no reconocían del todo como indígena, pero que transmitían con naturalidad. “Ellos se daban el trabajo de enseñarme mucho de la sanación, de la comida, en el tema indígena. Me enseñaban su costumbre que tenían ellos”, recuerda.

Hoy, años después, Marisol se define como lawentuchefe, mujer que cura con hierbas, y encabeza Lafken Antü, un emprendimiento que rescata la medicina ancestral mapuche desde el extremo sur del continente. Su trabajo une lo tradicional y lo contemporáneo: prepara pomadas, lociones y cosméticos terapéuticos con plantas que cultiva en su propio invernadero, y ofrece asesorías personalizadas para quienes buscan una alternativa natural a sus dolores físicos y emocionales. Pero más que vender productos, Marisol escucha, orienta, acompaña.

“La gente me conoce por las pomadas musculares, que son para dolores de fibromialgia, artrosis, artritis reumatoide. Y también por los compuestos relajantes para el sistema nervioso, que son muy preferidos por la comunidad”, cuenta. Su ética es clara: no hay receta universal, y antes de ofrecer algo, siempre conversa con quien consulta para saber que es lo mejor para esa persona

Lafken Antü —“mar y sol”, en mapudungun— no es sólo una marca, es una identidad. Marisol fue bautizada así por sus propios estudiantes cuando trabajaba como educadora tradicional enseñando costumbres, tejidos y lengua mapuche. “Mi apellido primero es Raín, que significa florecer, y mi apellido Levi es rápido. Entonces, es un compuesto que tengo ahí entre mi nombre y mi apellido”, explica.

Cultivo de plantas

En su huerto cultiva buena parte de las plantas que utiliza para preparar medicina: laurel, cedrón, rayán, pasiflora, entre otras. Algunas las adquiere a través de redes de comercio justo y otras las cultiva desde la semilla. “Este mundo es fascinante de trabajar, porque yo empiezo desde una semilla a veces, la planto, crece la planta, tengo que irla cuidando. Después saco hoja o corteza para hacer diferente producto, como tenga que macerar ya sea en aguardiente, bolca, macerar en alcohol o en aceite. Y después ya viene el proceso de envasado, o el proceso de elaborar pomada, o el proceso de hacer cosmética con la hierba. Cada cosa tiene su proceso”, detalla.

Productos mas requeridos

Sus productos más requeridos son las pomadas musculares, especialmente indicadas para dolores de fibromialgia, artrosis y artritis reumatoide. También elabora compuestos relajantes que favorecen el descanso y calman estados de ansiedad. “Lo que más hace la gente es las pomadas musculares. Y después, bueno, tenemos el sistema nervioso con unos compuestos relajantes que también son muy preferidos por la comunidad”, explica.

La cosmética terapéutica llegó después, durante los largos meses de encierro por la pandemia. Fue en ese periodo cuando empezó a interesarse por talleres que encontraba en redes sociales, descubriendo nuevas formas de aplicar sus conocimientos tradicionales. “Vi algún curso y me interesé, y después empecé a entusiasmarme con tomar más cursos de cosmética, de cómo hacer un desodorante, una pasta de dientes, diferentes cosas. Así que me encantó, porque también se puede trabajar con la hierba”.

Talleres educativos

Su vínculo con las comunidades no se limita a la venta de productos. Marisol ha realizado talleres en diversos contextos, como parte de iniciativas comunitarias, patrimoniales o de salud. “He hecho varios talleres. También he trabajado con la universidad en algunas áreas de patrimonio. Y, bueno, en adultos mayores, en calle Covadonga, también me llaman para hacer ciertos talleres a los cuidadores, o con aquellas patologías que ya nombré, que son dolorosas”, relata.

Pero su labor también se enmarca en un espacio institucional: desde hace varios años trabaja en el Programa Especial de Salud para los Pueblos Indígenas (Pespi), en el Centro de Salud Familiar 18 de Septiembre. Allí, de manera gratuita, entrega medicina elaborada con las mismas técnicas que aplica en su emprendimiento personal.

Quienes deseen conocer más sobre su trabajo, consultar por productos o agendar asesorías, pueden contactarla directamente al número +56 9 8794 9088.

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