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Nueva Base Julio Escudero comenzará su construcción en 2028 y costará más de $105 mil millones

Domingo 27 de Julio del 2025

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  • – La modernización de la base antártica incluye el uso de energías renovables, arquitectura modular y la creación de un centro de investigación operando todo el año.

Modular, eficiente y sustentable son los conceptos que mejor describen a la nueva Base Científica Julio Escudero, que, al comienzo de la próxima década, reemplazará las instalaciones inauguradas hace casi 30 años.

Actualmente, la base ocupa 2.073 metros cuadrados, pero se expandirá en un 42,5%, alcanzando los 3.594 metros cuadrados. Esto la posicionará como una de las principales estaciones científicas de la región, con la capacidad de albergar hasta 98 personas durante el verano y 25 durante el invierno.

En la Antártida, existen actualmente 76 bases científicas distribuidas en el continente, de las cuales 26 superan los 3.000 metros cuadrados de construcción. A pesar de las impresionantes dimensiones de algunas, como la base Rotterdam, con 17.000 metros cuadrados, que incluye pista de aterrizaje y muelle, el promedio de área construida en la región es de 6.982 metros cuadrados.

El objetivo de esta modernización es convertir a la base Escudero en un centro de cooperación internacional que opere durante todo el año, facilitando el trabajo de los científicos y conectando la ciencia con la comunidad global. Esta estación será de carácter intermodal, ya que desde allí los científicos se desplazarán hacia los distintos lugares de investigación. A esto se suma su cercanía con el principal aeropuerto de la Antártica, el Teniente Marsh.

Para la construcción de estas nuevas instalaciones se invertirán más de $105 mil millones, financiados por recursos del Plan de Desarrollo de Zonas Extremas.

La nueva base se edificará en el mismo terreno que la actual estación, pero más cerca de un cerro colindante.

A diferencia de las construcciones tradicionales, la base Escudero utilizará materiales modulares, lo que permitirá una construcción ágil y eficiente. Sin embargo, la naturaleza del lugar impone un reto adicional: el clima extremo y la corta temporada de trabajo. Por ello, la obra se llevará a cabo en un período de seis temporadas, con un monitoreo constante para garantizar la continuidad de las actividades científicas.

El cronograma previsto establece que la construcción comenzará entre 2028 y 2029, con la meta de finalizarla en 2033. Para iniciar los trabajos, será necesario que se finalicen los trabajos de construcción del muelle de Bahía Fildes.

El proceso será supervisado por la Dirección de Arquitectura del Ministerio de Obras Públicas de Chile (Mop) y se llevará a cabo bajo la modalidad de pago contra recepción, una fórmula que asegura que la obra sea entregada en su totalidad al final del proceso de construcción.

Las faenas serán sometidas a un estudio de evaluación ambiental antártica, el cual ingresará en diciembre al Comité de Evaluación Ambiental Antártica.

Diseño Sostenible

Una de las características más destacadas del diseño es su enfoque modular, que tiene un propósito claro: permitir una construcción rápida, eficiente y, lo más importante, respetuosa con el medio ambiente. Entre sus principales fuentes de inspiración se encuentran la base brasileña Ferraz, la belga Princesa Isabel y la surcoreana Sejong.

Los módulos prefabricados serán transportados en contenedores de 20 pies y ensamblados sobre el terreno sin la necesidad de usar hormigón tradicional.

Este sistema modular también facilita la adaptación de la base a las extremas condiciones de la región, ya que las instalaciones se elevarán sobre estructuras metálicas para protegerse de la acumulación de nieve y hielo.

La base estará equipada con tecnología de última generación en eficiencia energética. Se prevé el uso de energías renovables, y actualmente se están llevando a cabo proyectos con la Agencia de Cooperación Alemana (GIZ) para instalar sistemas de energías renovables no convencionales en la Isla Rey Jorge, donde está situada la base Escudero. Estos sistemas no solo alimentarán la base, sino que también servirán como campo de pruebas para el desarrollo de hidrógeno verde, una fuente de energía clave para el futuro de la sostenibilidad en la región.

Además, se implementará un sistema de arquitectura pasiva que optimiza el aislamiento de las envolventes de la base, haciendo más eficiente el proceso de calefacción. También contará con sistemas de tratamiento de agua y compactadores de residuos, minimizando el impacto ambiental.

Aparte de los laboratorios y estaciones de investigación, el diseño contempla espacios destinados a recibir a investigadores de diferentes naciones, brindándoles alojamiento y soporte logístico.

En los próximos años, a esta base se sumarán la reposición de las bases Teniente Luis Carvajal y Yelcho.

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