Necrológicas
  • – Víctor Ursic Alvarado

  • – Iván Mateo Milic Yaeger

  • – Ximena Patricia Jarufe Contreras

  • – Merle Rebeca Soto Anderson

  • – Alejandro Mijalic Martínez

Base Escudero: soberanía, ciencia y futuro

Por La Prensa Austral Lunes 28 de Julio del 2025

Compartir esta noticia
59
Visitas

La Antártica ha dejado de ser una frontera remota para convertirse en uno de los escenarios más relevantes del siglo XXI. En esa transformación, Chile no puede ser un actor pasivo y Magallanes tiene un rol que jugar.

La inclusión del proyecto de reposición de la Base Científica Julio Escudero en la millonaria cartera del Plan de Desarrollo de Zonas Extremas tiene que ser sopesada como una señal en tal sentido. Según el cronograma esperado, las obras comenzarán en 2028 con una inversión superior a los $105 mil millones. 

Esta iniciativa no es únicamente una obra de infraestructura. Es una declaración de principios: el compromiso de la región con la ciencia polar, la sostenibilidad y la soberanía.

Magallanes, región históricamente postergada en decisiones nacionales de largo plazo, emerge aquí como el punto de apoyo logístico, político y científico para esta nueva etapa en la presencia chilena en el continente blanco. La base Escudero será mucho más que una estación de investigación: será un nodo internacional de colaboración, una vitrina de innovación sustentable y una plataforma operativa durante todo el año.

El proyecto implica una expansión del 42,5% respecto a su capacidad actual, alcanzando los 3.594 metros cuadrados de superficie, con espacio para hasta 98 personas en verano y 25 en invierno. En una región donde las condiciones extremas restringen todo, ese salto en escala y capacidad no es un lujo: es una necesidad estratégica. La nueva base se edificará en el mismo terreno que la actual, pero con un diseño que aprende del entorno: será modular, elevada para evitar acumulaciones de nieve, y operará con sistemas energéticos sostenibles.

Más allá de su diseño técnico -inspirado en bases como la brasileña Ferraz, la belga Princesa Isabel y la surcoreana Sejong-, la nueva Escudero será también una plataforma diplomática. Recibirá a investigadores de múltiples países, brindará soporte logístico y será parte de la red internacional de cooperación científica polar. En una zona donde la competencia geopolítica se disfraza muchas veces de ciencia, contar con una estación moderna, activa y abierta al mundo es una herramienta silencios, pero poderosa de proyección nacional.

Su carácter sustentable también marca un hito. El proyecto considera arquitectura pasiva, eficiencia energética, uso de energías renovables, tratamiento de residuos y un campo de pruebas para tecnologías de hidrógeno verde en alianza con la Agencia de Cooperación Alemana. Esto no solo responde al deber ambiental de operar con mínimo impacto en un ecosistema sensible, sino que posiciona a Chile como laboratorio viviente para las transiciones energéticas del futuro.

Pero este esfuerzo no puede analizarse aislado. La reposición de la base Escudero se suma a la planificación de nuevas estaciones como Yelcho y Teniente Carvajal, y se complementa con inversiones en conectividad, como el muelle de Bahía Fildes, necesario para el inicio de las obras. Además, toda esta infraestructura científica refuerza la necesidad de mantener operativo el buque Viel -pieza clave de la logística antártica- y de avanzar en la construcción de su sucesor.

Este conjunto de proyectos tiene un denominador común: la convicción de que la presencia chilena en la Antártica no puede sostenerse solo con historia o tratados. Requiere voluntad política, recursos concretos y una mirada de largo plazo. Ahí, Magallanes es y debe seguir siendo protagonista.

Pin It on Pinterest

Pin It on Pinterest