Cada día canta mejor… (2)
Una de las pasiones de Gardel fue la hípica, tuvo su propio stud y además gustaba de apostar. De sus caballos el más famoso fue “Lunático”, que contó con la monta de su gran amigo, el extraordinario Irineo Leguisamo. El jinete cuenta en su biografía que el 16 de abril de 1927 ganó con Lunático en Palermo, Gardel estaba actuando esa noche en Montevideo, y al conocer la noticia paró la música y comenzó a cantar “Leguisamo solo”. El público se enfervorizó; la razón, “Legui” aparte de ser famoso, era uruguayo.
En este tema hay una anécdota que conecta indirectamente al cantor con Punta Arenas: “Explotó”, un caballo de su stud habría llegado al Club Hípico de la ciudad. Juan Moreau destacado jockey magallánico nos lo confirmó y agregaba que en esos años -década del 20 o del 30- llegaban ejemplares desde Argentina y especialmente Buenos Aires. En algunas ocasiones se trataba de animales retirados de las pistas y que dada su buena corriente sanguínea se traían como sementales. Este sería el caso de “Explotó” que estuvo en Palermo y San Isidro los hipódromos más importantes de Latinoamérica. Según el jinete local el caballo no corrió ninguna carrera en la pista de la Avenida Bulnes, el que si lo hizo -y con la monta de Moreau en diversas ocasiones- fue “Anekén”, nieto de “Explotó”. Lo más probable, es que el pingo de Gardel, que alguna vez se lució en Palermo y San Isidro mientras el “Zorzal Criollo” lo alentaba desde la tribuna, haya vivido sus últimos momentos en una estancia magallánica o arrastrando el carro del pan por las empedradas calles de nuestra ciudad.
Gardel nunca fue un ferviente apasionado del futbol, sin embargo, se presume que fue hincha y socio de Racing Club; a ello habría contribuido su amistad con el Pedro Ochoa “Ochoíta”, a quien menciona en el tango “Patadura”: “Burlar a la defensa con pases y gambetas y ser como Ochoíta el crack de la afición”. El cuadro de Avellaneda recuerda a su hincha más ilustre con una estatua que lo representa sentado en la tribuna A de “El Cilindro”, la cancha de “La Academia”. Gardel también habría sido hincha de Peñarol de Uruguay y del Barcelona de España.
Las sombras acariciaron la vida del artista desde su nacimiento, lo que ha dado lugar a innumerables investigaciones históricas y periodísticas, como también al chisme sin fundamento y su muerte no estuvo ajena a aquello.
El 24 de junio de 1935 a las 12:30 hrs, Gardel aborda en Bogotá un trimotor F-31 de la Sociedad Aérea Colombiana, el destino final era Cali con escala técnica en Medellín. A las 15:10 el avión reinicia el vuelo y en el carreteo se estrella con otro aparato que se encontraba en la pista. Se produce un incendio que deja como saldo 17 muertos y 5 sobrevivientes. Entre los fallecidos estaban Gardel y el compositor Alfredo Le Pera. El cantor le temía a los viajes en avión y según el relato de uno de los sobrevivientes, al advertir los bruscos movimientos de la aeronave en la pista, habría exclamado “Ché, pero esto parece un tranvía de Lacroze”. Las causas del accidente sembraron dudas y dieron lugar a múltiples versiones, incluso se dijo que Gardel se había salvado.
Para complicar aun más las cosas, un hecho curioso aconteció durante el velorio de Gardel en Medellín, específicamente en la residencia de Monseñor Enrique Uribe Ospina, cuando un grupo de Masones colombianos ingresó exigiendo que el velatorio se realizara de acuerdo al rito masónico dada -según argumentaban- la pertenencia del artista a la Orden. La versión más difundida indica que Monseñor Uribe exigió que se le demostrara con pruebas la condición masónica de Gardel, como ello no fue posible, el grupo se retiró. Sin embargo, otras versiones dan cuenta que si se habría cumplido con el ritual de la Masonería. En todo caso, la filiación Masónica del cantante no está acreditada en Argentina, ante lo cual hay quienes afirman que se habría iniciado en Francia o en Estados Unidos.
Los restos de Carlos Gardel descansan en el cementerio de la Chacarita en Buenos Aires y en su tumba no faltan las flores, como tampoco el cigarrillo encendido entre los dedos de su estatua. El pueblo lo venera, algunos hasta le atribuyen milagros, entre ellos el que “Cada día cante mejor”.
Fuentes de apoyo:
SALAS, Horacio: El Tango, Planeta, Buenos Aires, 1986.
DE PAULA, Tabaré: “Carlos Gardel, mártir orillero”, en Todo es Historia Nº 27, julio, 1969 (Revista dirigida por Félix Luna).
LEGUISAMO Irineo: Leguisamo de punta a punta sesenta años en el turf (texto compilado por Daniel Alfonso Luro). Emecé Buenos Aires, 1982.
https://www.elcolombiano.com/medellin/gardel-la-historia-de-una-despedida-masonica-y-una-ofensa-que-no-fue-EP27820523#goog_rewarded




