Ministro Pardow asegura que incentivos tributarios al H2V potenciarán la demanda local por este nuevo recurso

• – El titular de Energía explicó cómo va a funcionar este nuevo incentivo tributario que hoy está en discusión en el Congreso y abordó los mecanismos para resolver las brechas de profesionales que tendría esta naciente industria a la hora de instalarse.

Marcos Sepúlveda Loyola

La llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos, la guerra entre Rusia y Ucrania, y el recrudecimiento del conflicto en Medio Oriente han inyectado una serie de incertidumbres sobre la demanda internacional del hidrógeno verde y sus derivados.

Esto ha abierto la posibilidad de que, durante la primera fase de despliegue de la industria, ésta pueda abastecer con H2V a la demanda local. Se piensa incorporar este combustible en la gran minería, la industria celulosa, siderúrgicas, etc. Para viabilizar esto, el gobierno presentó una ley de incentivo a la producción del H2V.

En conversación con El Magallanes, el Ministro de Energía, Diego Pardow, conversó acerca de este proyecto ingresado durante esta semana por el Ejecutivo.

“Es un crédito tributario bien especial que se gatilla por parte de los productores de hidrógeno, pero puede ser traspasado a los compradores nacionales. Nosotros creemos que este mecanismo de incentivo tributario, que afecta el impuesto de primera categoría, puede hacer una diferencia y hacerse cargo de este incentivo y la demanda internacional”, señaló Pardow.

– ¿En la práctica esto podría gatillar que motores a diésel sean ahora a hidrógeno verde?

– “Sí, o puede ser algo más sencillo. Hoy día el refinamiento del diésel utiliza hidrógeno, el refinamiento de la celulosa utiliza hidrógeno, los fertilizantes utilizan amoníaco, la minería utiliza explosivos que a su vez utilizan amoníaco. Una parte de esos insumos puede ser a través de hidrógeno verde. El punto es cómo hacemos competitivo en costos ese amoníaco verde, ese hidrógeno verde. Y este mecanismo lo que hace es que el fabricante de hidrógeno verde chileno, magallánico, genera un crédito contra su impuesto de primera categoría, contra su impuesto corporativo, que es un impuesto anual”.

Explicó que los fabricantes de hidrógeno verde, como el proyecto Hif que comenzaría a operar en 2028, enfrentarán dificultades para generar utilidades en sus primeros años debido a los altos costos fijos, a pesar de tener buenas ventas. Como el impuesto de primera categoría se aplica sobre las utilidades, un crédito tributario en esta etapa inicial no tendría utilidad directa, ya que no habría ganancias contra las cuales aplicarlo. La innovación del mecanismo propuesto radica en permitir que los fabricantes traspasen ese crédito fiscal a sus compradores -empresas grandes y maduras como la minería del cobre o plantas refinadoras- que sí tienen utilidades y, por tanto, pueden aprovechar el beneficio. Esto ayuda a cerrar la brecha de precio entre el hidrógeno verde y sus alternativas más baratas. Los fabricantes pueden postular a una bolsa de créditos fiscales que disminuye anualmente y, si hay más postulantes que recursos, se selecciona a quienes ofrezcan el menor precio combinado con mayor volumen de producto, fomentando la competitividad.

– ¿Cuántos compradores podrían tener en el mercado local?

– “Obviamente tampoco hay miles de empresas que puedan dar este salto, pero nosotros esperamos que haya decenas de empresas que podrían participar de este mecanismo, como Enap, Codelco, Anglo American”.

– ¿Existe voluntad de estas grandes empresas de hacer este salto en la reconversión productiva?

– “Sí. El diseño de este mecanismo obedece a un trabajo de diálogo que se hizo con la industria. Por lo cual, nosotros esperamos que efectivamente sea exitoso y que logremos incorporar a estas empresas”.

Pacto Magallanes y desafíos

– A casi dos años de la firma de este pacto, ¿cuáles han sido los grandes avances?

– “El pacto, en un inicio, lo que buscaba era cerrar una brecha de conocimiento y expectativas sobre empleo local: ¿cuáles eran las oportunidades y cuáles eran las capacidades? Las oportunidades de la industria, las capacidades existentes en la región. Y los dos estudios que se entregan cumplen ese propósito. Independiente del contenido, yo creo que lo primero valioso es el hito de cumplir lo que uno plantea que va a hacer. Además, desde el plano técnico, es un muy buen estudio, bien hecho, de manera responsable y, como corresponde a un estudio de estas características, muestra que para las oportunidades que hay respecto al hidrógeno, hay que avanzar mucho en capacidades. Tanto las capacidades de infraestructura como también humanas, de formación de técnicos y profesionales en la región, no son suficientes para lo que demanda o las oportunidades que tiene esta industria”.

– ¿Es plausible que las tres universidades que existen en la región puedan absorber este 65% de brecha de técnicos que existe?

– “Sí, pero no solas. Primero, es una combinación de cosas. El informe, una de las conclusiones que tiene, tiene que ver con la formación en el funcionamiento de los electrolizadores. Hay una parte de infraestructura, que es tener los equipos, y otra, la parte humana: formar primero a los profesores de quienes van a ser sus estudiantes y, posteriormente, formar estudiantes.

“Entonces, empezar a completar esa brecha de infraestructura fue lo que hicimos entregando estos primeros electrolizadores para el Liceo Industrial y para el Liceo Raúl Silva Henríquez. Es un primer paso que muestra que estos estudios no son solamente papeles. Tienen una consecuencia en el mundo material. La idea es que esto abra un paso para que estas deficiencias de infraestructura y brechas de capital humano se vayan cerrando. ¿Cuál es el número específico al cual podemos comprometernos? Eso es algo que tenemos que trabajar en conjunto. Ese es el siguiente paso. Sobre la base de este diagnóstico común, lo que tenemos que hacer ahora, en conjunto con la industria, es decir cuál va a ser la meta de empleo local que nos vamos a poner”.

– ¿Cuánto del empleo generado por el hidrógeno verde será ocupado por magallánicos?

– “Se discute 20% inicialmente, después subirlo a 30%, pero esos son los órdenes de magnitud de lo que se está conversando hoy. ¿Cuál es el número específico? Eso es algo que es importante que lo acordemos en conjunto con la industria. Pero hoy estos proyectos están en fase de permiso, no están en construcción, no están en operación, por lo cual todavía tenemos una ventana de años para cerrar esa brecha, especialmente en la formación de técnicos y profesionales, que hay que aprovecharla”.

– ¿Y esta ventana de cuántos años estamos hablando?

– “Bueno, si sacas las cuentas, Hif debería tener su RCA este año, iniciar su construcción en algún momento del 2026, entrar en operación un par de años después de eso. Ellos entienden que quieren entrar en operación en 2028. Sólo en el caso de Hif, estamos hablando de una ventana de tres años, esencialmente, para formar a las personas que deberían trabajar en la operación de esa planta”.

Potencial judicialización

Frente a la posibilidad de judicialización de los proyectos de hidrógeno verde, Diego Pardow indicó que “nuestro país es una democracia”, por lo tanto, “el recurso tribunal es un recurso que está garantizado a todos quienes entiendan que su opinión no ha sido debidamente considerada en los distintos procesos administrativos”, especialmente en la evaluación ambiental. Reconoció que este derecho “será ejercido como corresponde a una democracia”. Sin embargo, destacó que instrumentos como el Acuerdo de Producción Limpia, donde “un conjunto de empresas y también miembros de la sociedad civil conversan sobre espacios de conservación para bifauna” y sobre “mejoras tecnológicas que van más allá del estándar ambiental aplicable”, pueden ayudar a reducir conflictos. A su juicio, si este tipo de acuerdos “es exitoso, también disminuye la probabilidad e importancia de que la judicialización sea un obstáculo”.