El rostro femenino del desempleo en Magallanes
El reciente informe de la Encuesta Nacional de Empleo (Ene) reveló un dato inquietante para la Región de Magallanes: la tasa de desocupación alcanzó el 6,7% en el trimestre mayo-julio de 2025, lo que representa un alza de 0,8 puntos porcentuales en un año. Aunque la cifra puede parecer moderada en comparación con otras regiones del país, lo preocupante está en la tendencia y, sobre todo, en la forma en que golpea con más fuerza a las mujeres.
Mientras los hombres registran un 6% de desempleo, la desocupación femenina se elevó a 7,6%, con un alza de 1,0 punto porcentual en doce meses. No sólo hablamos de un mayor número de mujeres sin trabajo, sino también de una brecha persistente que refleja las dificultades estructurales que enfrentan para acceder y mantenerse en el mercado laboral. A ello se suma un indicador aún más severo: la tasa combinada de desocupación y fuerza de trabajo potencial llega al 19,2% en mujeres, frente al 13,8% en hombres, una diferencia que no puede seguir siendo invisibilizada.
Los datos muestran que la participación femenina en la fuerza de trabajo crece, lo cual es positivo porque refleja mayor interés y disposición por integrarse. Sin embargo, la capacidad de absorción del mercado laboral no va al mismo ritmo. El resultado es un aumento de la frustración: más mujeres buscando empleo sin encontrarlo, más trabajadoras en condiciones de informalidad (que creció 6,1% en un año), y más hogares afectados por la inestabilidad económica.
El crecimiento de sectores como salud, construcción y administración pública no ha sido suficiente para revertir la tendencia. Y si bien la formalización laboral ha tenido un leve avance, la calidad del empleo sigue siendo un desafío. Magallanes no puede contentarse con indicadores de ocupación que, al mismo tiempo, esconden un rezago en la equidad de género. La región, que se precia de su desarrollo humano, debe asumir que sin políticas activas de inclusión laboral femenina el crecimiento será siempre incompleto.
La advertencia es clara: el desempleo en Magallanes no sólo crece, sino que tiene rostro de mujer. Urge una estrategia regional que fomente programas de capacitación específicos, incentivos para la contratación femenina en sectores estratégicos y, sobre todo, un compromiso real del sector público y privado para cerrar las brechas de acceso. Ignorar estas cifras sería hipotecar el futuro económico y social de la región.




