El Club Hípico y la oportunidad para Punta Arenas
La postergación de la votación en el Consejo Regional sobre la destinación de $10 mil millones para aportar a la compra de los terrenos del Club Hípico representa, más que un impasse político, un momento decisivo para el futuro urbano de Punta Arenas. Se trata de una oportunidad histórica para recuperar 20 hectáreas emplazadas en pleno corazón de la ciudad y convertirlas en un gran parque público, un verdadero pulmón verde que resignifique el vínculo de la comunidad con su entorno y también aporte a la conexión vial de la capital regiomal.
El proyecto, que contempla una inversión total de casi $22 mil millones -considerando también el aporte sectorial comprometido por el Ejecutivo-, encarna una visión de ciudad más sostenible, equitativa y amable. No todos los días se presenta la posibilidad de reconvertir un espacio privado y subutilizado en un parque urbano de escala metropolitana. Este es, sin duda, uno de los proyectos de infraestructura verde más relevantes de las últimas décadas en Magallanes.
Por ello, resulta preocupante que la discusión se haya visto entrampada en cálculos menores y suspicacias políticas. La transformación del exClub Hípico no puede convertirse en una arena para disputas de poder ni en una moneda de cambio de último minuto. La comunidad espera de sus consejeros regionales una visión amplia y de futuro, no una mirada mezquina que mida los beneficios en función de los próximos comicios o de quién capitaliza políticamente la decisión.
En ese contexto, el llamado del delegado presidencial regional, José Ruiz Pivcevic, adquiere especial relevancia. Al asegurar que, una vez aprobada la expropiación, el gobierno agilizará la visación de los recursos ante la Dirección de Presupuestos (Dipres) dentro de este año, el Ejecutivo demuestra una voluntad concreta para avanzar, a fin de que este proyecto no quede atrapado en la burocracia ni postergado indefinidamente.
La recuperación de este espacio no solo responde a un compromiso presidencial -adquirido por Gabriel Boric durante su visita a la región en 2024-, sino también a una demanda ciudadana que lleva años esperando un uso comunitario para ese terreno emblemático. Convertirlo en parque urbano no es únicamente un gesto simbólico, sino un acto de planificación responsable, de justicia territorial y de inversión en calidad de vida.
Punta Arenas merece una ciudad más integrada, con espacios que promuevan la convivencia, el esparcimiento y la sustentabilidad. El terreno del Club Hípico una oportunidad para reconciliar desarrollo urbano y bienestar colectivo.
Por eso, el llamado es para que el Consejo Regional actúe con altura de miras. No se trata de ganar una pulseada política, sino de cumplir con una visión compartida de ciudad. Si la historia juzga a los dirigentes por las decisiones que toman en los momentos clave, esta es una de ellas.




