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Si quieres la paz, ¿prepárate para la guerra?

Por Eduardo Pino Viernes 17 de Octubre del 2025

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La elección de María Corina Machado como Premio Novel de la Paz sorprendió al mundo. Comenzando por la propia galardonada, que desde la clandestinidad entregó un mensaje de esperanza para su país y declaró que este logro es fruto de muchas personas, siendo ella sólo la cara visible de un movimiento que, si bien ha decaído en momentos claves, pareciera revitalizarse con este histórico reconocimiento.   

Y es que este premio matiza diferencias relevantes con sus equivalentes en las ciencias o las artes por ejemplo, pues apunta a dinámicas políticas y valóricas principalmente, las que de por sí despliegan criterios muchas veces polémicos y heterogéneamente evaluados. Lo cierto es que la figura de esta ingeniera industrial ha resultado clave en la oposición ante un régimen autoritario cuyo descaro y cinismo hace que, desde un análisis objetivo de la realidad, se le etiquete de “dictadura”. María Corina no es una figura mediática de moda ni una líder contingente que por casualidad ha ganado notoriedad por encontrarse en el momento y lugar preciso de la historia. Su carisma y valentía la han ido convirtiendo en el cerebro de la estrategia para recuperar la libertad y el corazón para mantener la esperanza a pesar de tener todo en contra. Hace poco más de un año fuimos testigos de uno de los fraudes electorales más descarados de la historia, en cuyos antecedentes no vale la pena redundar. Si bien María Corina trató de participar directamente como la candidata opositora, tuvo que ceder su lugar a Edmundo González Urrutia, un aspirante a Presidente cuyo semblante transparentaba que el verdadero motor de su sector tenía nombre y alma de mujer. Prueba de ello es que actualmente González se encuentra voluntariamente exiliado en España, aliviado del acoso oficialista; mientras que Machado tuvo que ingresar a la clandestinidad en su propio país para proteger su vida.

Pero analizando, ¿este premio podría tener alguna influencia en la liberación de Venezuela para hacer valer un verdadero ejercicio democrático?, o ¿simplemente es un reconocimiento simbólico entregado en una ceremonia a la que su ganadora ni siquiera podrá asistir? Probablemente el tiempo nos pueda aclarar estas interrogantes, o quizás no existen en estos casos una fórmula que delimite con exactitud el verdadero peso de los factores que propician, inhiben o contribuyen a complejos acontecimientos históricos.

Lo cierto es que resulta inevitable traer a la mente la frase de Flavio Vegecio Renato, escritor romano que en el siglo ll nos dejó una cita para el bronce: “Si quieres la paz, prepárate para la guerra”. Suena paradójico, pero refleja fielmente la contradictoria naturaleza humana que oscila entre luces y sombras, generosidad y egoísmo, vida y muerte. Si bien la mayor parte de las personas buscan la paz, más seguido de lo que les gustaría se encuentran con individuos o grupos que atropellan sus derechos, buscando el sometimiento de quienes no son capaces de responderles. Desde el vecino que interrumpe nuestro descanso con su música a todo volumen, hasta el líder elegido democráticamente que convirtió su servicio en un trono vitalicio para satisfacer ambiciones inmorales y absurdas.  Defender lo que se cree es correcto cuando fuerzas antagonistas pugnan por abolir nuestra legítima postura, es algo que desde muy temprano aprendemos (o no) ante la vida. La misma experiencia nos va enseñando que, a diferencia de las novelas, no siempre los valores morales superiores se imponen, la ética determina la política o la confraternidad dictamina los resultados de los conflictos. Nos gustaría que los héroes se impongan sobre los villanos o los mecanismos de resolución pacífica fuesen la primera, o idealmente la única, herramienta para imponer justicia. Pero la realidad nos muestra que los abusadores no respetan códigos, confianzas ni legitimidades cuando los sistemas han sido corrompidos.

Por eso este premio es un respaldo internacional a la lucha de una mujer que representa a una nación que confió su democracia y fue defraudada, recibiendo una represión brutal cuyas consecuencias quizás conozcamos algún día en su verdadera dimensión. Esperemos que este Novel de la Paz resulte ser un presagio de la verdadera paz, progreso, crecimiento, libertad y justicia social para una nación completa.        

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