El diente de la bestia perdida: descubren en Magallanes el mamífero placentario más antiguo del sur de Chile
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Se trata de un ejemplar de Albertogaudrya unica, un mamífero herbívoro extinto durante el Eoceno.
Un reciente y significativo descubrimiento paleontológico en la Región de Magallanes está reescribiendo la historia de la fauna patagónica temprana. El hallazgo se centra en una pieza minúscula, pero invaluable: un molar fósil.
Esta pequeña pieza, encontrada en la Sierra Baguales, resultó ser la clave para identificar a Albertogaudrya unica, un mamífero herbívoro extinto que habitó el continente hace unos 40 a 37 millones de años, durante el Eoceno.
El estudio fue recientemente publicado en la revista científica Andean Geology, donde además fue destacado en la portada.
El fósil que cuenta
una gran historia
El molar inferior fue recuperado de antiguos depósitos estuarinos, lugares que hace millones de años marcaban la desembocadura de ríos en un sistema costero. Lo más fascinante es que un resto tan pequeño como un diente puede aportar información crucial desde puntos de vista biológicos, geológicos y evolutivos. En el caso de los mamíferos, los dientes son elementos muy específicos que revelan datos sobre la dieta del animal, sus relaciones filogenéticas (parentesco entre especies) y el tipo de ambiente en el que vivió.
El análisis de este fósil ha confirmado que se trata de uno de los mamíferos placentarios más antiguos de Chile.
Un gigante extinto, exclusivo de Sudamérica
Albertogaudrya unica pertenece al orden Astrapotheria, un grupo de mamíferos grandes y extraños, exclusivos de Sudamérica.
Características del animal:
– Era un animal herbívoro.
– Pesaba alrededor de 200 kilos.
– Su tamaño era mayor que el de un tapir, aunque más pequeño que el de un toro.
– Si lo viéramos hoy, su aspecto sería una extraña mezcla entre un rinoceronte, un hipopótamo y un tapir.
Es importante destacar que, a pesar de las similitudes, corresponde a un grupo de animales únicos de Sudamérica que se extinguieron hace millones de años, sin que exista nada parecido en la actualidad.
A pesar de su importancia icónica para el Eoceno, el registro fósil de los astrapoterios es notoriamente escaso. Incluso en Argentina, donde fueron descritos por primera vez en el siglo XIX, los hallazgos son limitados. Este nuevo registro en Chile ayuda significativamente a entender mejor su rango geográfico, su variabilidad y su ecología.
Magallanes: 400
kilómetros más al sur
El principal impacto de este descubrimiento, liderado por el paleontólogo Juan Enrique Bostelmann, radica en la extensión geográfica conocida de la especie. Albertogaudrya unica se conocía previamente solo en la provincia de Chubut (Argentina) y en la Región de Aysén (Chile).
La presencia de este molar en Magallanes amplía la distribución conocida del género en más de 400 kilómetros hacia el sur, ofreciendo evidencia clave sobre la cohesión de las faunas australes durante el período Cenozoico. Este hallazgo permite sugerir vínculos espaciales con otras zonas del centro-norte de la Patagonia, lo que indica un patrón de similitud geográfica general para la flora y fauna austral de ese entonces.
“Para este lapso, hace 40 millones de años, sabemos realmente muy poco sobre los mamíferos del sur de Patagonia. Este hallazgo nos permite sugerir algunos vínculos espaciales con otras zonas del centro-norte de Patagonia, lo que estamos comenzando a interpretar como un patrón de similitud geográfica general para la flora y la fauna austral, en ese momento”, agregó el científico.
Un ambiente
subtropical perdido
El ambiente donde fue hallado el fósil era radicalmente diferente al actual sur de Chile. Hace 40 millones de años, las temperaturas eran más altas, existía una vegetación subtropical y las costas eran amplias.
Las rocas de la Formación Río Turbio, donde se encontró el diente, también han revelado restos de tiburones y cocodrilos. El molar de Albertogaudrya unica es uno de los pocos vestigios de fauna terrestre hallados allí, lo que ayuda a los investigadores a visualizar la conformación de la línea de costa durante esa época. Además, el descubrimiento permitió precisar la edad de los niveles fosilíferos de Sierra Baguales.
El estudio de este hallazgo forma parte de una investigación doctoral de Juan Enrique Bostelmann y es fruto de una colaboración científica entre especialistas de Chile y Argentina, lo que refuerza el creciente papel de la paleontología chilena en el estudio del pasado de Sudamérica.
Para acercar estos hallazgos al público, el proyecto incluyó el trabajo del paleoartista argentino Jorge Blanco, quien realizó la reconstrucción sobre cómo lucía este animal, demostrando la importancia de vincular la ciencia y el arte para comprender la historia de la vida en nuestro territorio.
Cabe destacar que Bostelmann es además responsable de la Unidad de Paleontología y Biocronología del Servicio Nacional de Geología y Minería (Sernageomin); e investigador asociado del Nucleo Milenio Transiciones Evolutivas Tempranas de Mamíferos (Evotem).




