Pidiendo justicia por la muerte de su hija se retiró de tribunales madre de dominicana asesinada
Por uno de los delitos más graves de la legislación chilena, como es el femicidio, fue formalizado este martes el ciudadano dominicano Yokander Antonio Rosario Zedano, de 36 años, quien la noche del viernes 31 de octubre apuñaló y mató a su pareja, de la misma nacionalidad. Además de lesiones menos graves.
Además de las lesiones por arma blanca en el cuerpo de la víctima, el informe de la Brigada de Homicidios de la Policía de Investigaciones consignó heridas por quemaduras. Lo que se indaga es si serían de reciente data, debido a una agresión anterior o del mismo día del crimen.
El imputado escuchó los cargos desde el Hospital Clínico de Magallanes, vía plataforma “Zoom”. Porque a la hora de la audiencia permanecía internado en la cama 333-A del tercer piso del centro asistencial. Pero en la tarde fue dado de alta. Y pasadas las 15,30 horas personal de Gendarmería lo trasladó a la cárcel de Punta Arenas, donde cumplirá la prisión preventiva que decretó la jueza Paula Stange.
El fiscal Fernando Dobson Soto formalizó y entregó un pormenorizado relato del hecho de sangre que cobró la vida de Betsaida Lora Rodríguez, de 30 años de edad, oriunda de Higüey, República Dominicana.
La víctima vivía con sus dos hijas, de 11 y 13 años de edad, en un departamento interior (signado con la letra B) que arrendaba en calle Camilo Henríquez Nº0551, barrio 18 de Septiembre. Dependencias que también compartía con el imputado.
La noche del 31 de octubre, alrededor de las 22 horas, la pareja discutió. Aparentemente por un tema de celos. El sujeto la trasladó al baño. Ahí la apuñaló en la zona torácica. La herida fue mortal. A las 0,18 minutos del 1 de noviembre los médicos del Hospital Clínico de Magallanes certificaron el fallecimiento de la mujer.
“Además la víctima presentaba diversas quemaduras, en distintas partes del cuerpo”, según dio cuenta el fiscal Dobson durante la audiencia.
La agresión fue en presencia de las menores. La mayor tomó el celular y llamó desesperada a la abuela, Beki Rodríguez. Le pedía que fuera rápido porque el amigo de la mamá, “Chichi”, la estaba agrediendo.
La misma niña, a través de una aplicación, le envió un vehículo para acelerar el traslado.
La mujer acudió al llamado, acompañada de su pareja Nilbio Almonte, ambos dominicanos. A la llegada el hombre intentó frenar la huida del agresor, pero este le propinó un golpe en la cara y nariz, lesión calificada de menos grave.
El agresor huyó herido, a torso desnudo, por calle José Victorino Lastarria hacia el norte. Fue seguido por el padrastro de la víctima, pero lo perdió de vista, retornando al domicilio, donde halla a la mujer ensangrentada en el piso del baño.
Rato después un transeúnte avisó de una persona tirada en la calle, cuyas características coincidían con las del agresor. En Avenida José Martínez de Aldunate, entre Gaspar Marín y Juan Enrique Rosales. Era justamente el dominicano.
La investigación de la PDI descartó la posterior versión que entregó el imputado. De que fue lesionado por la pareja de la abuela. Al contrario. Las heridas con arma blanca se las autoinfirió.
Femicidio
La figura del femicidio se da en el contexto de la relación que mantenía la víctima con el victimario. Ella vivía hace años en Punta Arenas, con residencia definitiva, viajó hace unos meses a República Dominicana donde se contactó con Yokander Rosario. “Ahí habría comenzado la relación. Y a instancias de la propia víctima el imputado llegó a Punta Arenas de manera irregular para establecer esta relación con ella”, expuso el fiscal Dobson.
Esto respalda los dichos de la presidenta de la Agrupación de Dominicanos en Magallanes, Ariana Vargas, al decir que “ella trajo a su verdugo”.
A través de la Unidad de Asuntos Internacionales, el Ministerio Público solicitará información prontuarial del imputado a República Dominicana, para confirmar si efectivamente era buscado en su país de origen por otras dos agresiones a mujeres.
Pide justicia
Terminada la audiencia, y al retirarse de tribunales, Beki Rodríguez Castillo, madre de la víctima fatal, sólo pidió justicia y que el agresor no salga más de la cárcel. “Mi hija hoy está muerta por una basura, una lacra, que no merece estar vivo”.
Recordó la noche cuando fue llamada por la nieta mayor pidiendo ayuda. Añadió que llegó a la casa y enfrentó, cara a cara, al agresor. Lo recriminó por lo que le hizo a su hija. Este la empujó y amenazó con matarla. “Le dije ¡mátame!”. De ahí se fue. La madre tomó a la hija, “porque aún estaba respirando”.
Pidió fortaleza para enfrentar estos duros momentos, sobre todo con la crianza de sus dos nietas.
La mujer reafirmó que el agresor “viene huyendo de la justicia porque casi mata a dos mujeres. Y acá mató a mi hija linda”.




