Convenio de programación de salud
La decisión del gobernador regional de Magallanes, Jorge Flies, de retirar la propuesta de Adenda al millonario Convenio de Programación de Salud con el Ministerio de Salud (Minsal), ha puesto en suspenso una agenda de inversiones crucial que buscaba modernizar y fortalecer la red pública de salud regional para la próxima década.
No es, sino lamentable, que -según la máxima autoridad regional- la decisión que adoptó se justifique por la dificultad para llegar a acuerdos, fundamentalmente por problemas en la gestión del gasto por parte del sector salud. Se debe crear conciencia de que el costo real de esta postergación recaerá directamente sobre la población de Magallanes. Por ello, se deben esclarecer las responsabilidades.
La Adenda retirada no era un simple ajuste, sino una reestructuración profunda y una inyección financiera monumental. El acuerdo proponía extender la vigencia del convenio original más allá de 2026, hasta el año 2030. Además, implicaba un significativo incremento presupuestario: el monto total de inversión aumentaba de $175 mil millones a $319 mil millones. Bajo esta nueva propuesta, el Minsal financiaría el 73% del total ($234 mil millones), mientras que el gobierno regional aportaría el 27% restante ($84 mil millones).
Las iniciativas que ahora quedan en el limbo son de vital necesidad para la región. La Adenda buscaba reestructurar proyectos y, si bien eliminaba algunas iniciativas originales (como salas cuna), incorporaba otras esenciales. Entre estas, se destacaba la habilitación y adquisición de equipos para una nueva unidad de diálisis en Punta Arenas, y la habilitación de una Unidad de Diálisis en Porvenir. También contemplaba la reposición y construcción de Centros Comunitarios de Salud Mental (Cosam), y la modificación de la normalización del Hospital Clínico Magallanes (HCM).
Quizás el elemento más crítico que se pospone es la inversión en capital humano. La propuesta incluía un programa de formación de especialistas médicos y de capacitación, con una inversión superior a los $2 mil millones. Este programa estaba diseñado para ofrecer becas en 11 especialidades que son deficitarias en la región, como dermatología, psiquiatría, urología, anestesiología, y medicina interna.
Mientras el gobernador Flies proyecta que la conversación se retomará con el cambio de gobierno, debido al contexto del ciclo político actual y a que el clima de la discusión no está en las mejores condiciones, la lectura desde el ámbito local es de profunda preocupación.
Se sugiere que las tensiones de los últimos días entre el Servicio de Salud y el gobierno regional fueron un factor determinante en la decisión.
Por ahora, el convenio original suscrito en 2022 mantiene su vigencia hasta 2026, y el Servicio de Salud Magallanes confirmó que seguirán trabajando con el Gore en este marco.
La salud no puede esperar y en esto la clase política y los técnicos del sector tienen una responsabilidad mayúscula. Se requiere retomar el diálogo y un clima menos polarizado para intercambiar ideas y para generar acuerdos que permitan adoptar decisiones oportunas y a favor de la gente de Magallanes.




