Necrológicas

“Volver al futuro” re estreno 40 años después: la historia puede cambiar

Domingo 9 de Noviembre del 2025

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Por Guillermo Muñoz Mieres

periodista

Estados Unidos, 1985

Director: Robert Zemeckis

Protagonistas: Michael J. Fox, Christopher Lloyd, Billy Zane

En Cine Star

 

¿Cómo se explica que, 40 años después de su estreno, cuando ha sido vista y re-vista en los distintos formatos que marcaron la era del video y hoy está disponible las 24 horas del día en plataformas, “Volver al Futuro”, aquella película sobre un adolescente que se traslada a la época también adolescente de sus padres, convoque a un público de distintas generaciones a la Sala 3 del Cine Star para disfrutarla de inicio a fin, reírse de los chistes ya conocidos y dedicarle aplausos espontáneos al terminar la función?

Hace 10 años, Cine Estrella también la reestrenó en la pantalla gigante cuando la película cumplió la misma cantidad de años que Marty McFly retrocedió en el tiempo —30—, pero el resultado no fue igual: estuvo solo dos días en cartelera.

Y es que “Volver al futuro” envejece demasiado bien con la historia de este adolescente que, arrancando de unos terroristas libios, cruza la barrera del tiempo en un auto DeLorean, quedando atrapado en el año 1955, cuando sus padres apenas se imaginan juntos y, peor aún, corre el peligro de no nacer. La clave está en la frase que Marty McFly le expresa al inspector del colegio que lo acosa y le enrostra su pasado familiar: “La historia puede cambiar”.

Esta idea, que impregna a la película, también es una reflexión sobre el arte del cine, porque su esencia es el manejo del tiempo y aquella facultad de trasladarnos, en un cerrar de ojos, al presente, pasado o impredecible —aunque no para el cine— futuro.

Ha sido también la obsesión de Robert Zemeckis, un realizador imaginativo e innovador del cine de entretenimiento, en cuyos relatos, todos de gran alarde visual, el tiempo se convierte en un personaje, como la odisea histórica de Estados Unidos en “Forrest Gump” (1994), la soledad superviviente de “El Náufrago” (2000), las pesadillas del avaro Ebenezer Scrooge en “Los fantasmas de Scrooge” (2009) o la casa por donde transcurre la historia de la civilización en “Aquí” (2024).

Y “Volver al Futuro” no es la excepción. Narrada con gran eficiencia, es un relato donde todo encaja y funciona a la perfección, al igual que el dispositivo robótico y aparatoso que inicia la película. Este detalle, que podría ser acusado de manipulación, no importa tanto porque, de existir, se camufla en la idea del destino que se debe cumplir y, al público, esto no solo lo entusiasma, sino que también le entrega la ilusión de que, al menos desde la pantalla o la oscuridad de una sala de cine, puede llegar a ser posible.

En el fondo, a 40 años de su estreno, es posible descubrir que Marty McFly es una versión con clave ochentera de “el elegido”, aquel personaje que, con ciertos rasgos mesiánicos, como el Luke Skywalker de La Guerra de las Galaxias(1977), el Po de Kung Fu Panda (2008) o el Neo de The Matrix (1999), se pregunta, mirando al horizonte, si podrá cambiar su destino. Y entonces encuentra a un tutor que guía sus primeros pasos, como el maestro Jedi Obi-Wan Kenobi, el gruñón maestro Shifu o el profético Morpheus. En “Volver al futuro”, este mentor se reencarna y reencanta en el “Doc” Brown, un excéntrico científico genio que, interpretado por Christopher Lloyd, antecede con sus gestos e histrionismo al personaje que construirá Jim Carrey más adelante para el cine.

La proeza de “Volver al Futuro” es que, si bien anuncia lo que será símbolo de la cultura pop de la década —desde el riff de la banda Van Halen, el nombre de Darth Vader, la marca Calvin Klein del pantalón, la parka catalogada de “salvavidas” o el skate que surge de la desesperación—, también, desde sus imágenes, tributa al cine: sea la película que se proyecta en la sala de cine del pueblo (La Reina Montana, 1954), la alusión al ex actor y presidente de Estados Unidos en los 80, Ronald Reagan, el terror gótico en la escena de la iglesia en medio de la tormenta eléctrica y, sobre todo, a esa idea de que no hay barrera para el cine cuando se trata de cruzar en el tiempo y el espacio.

Entonces, a la pregunta inicial: ¿Por qué, a 40 años de su estreno, “Volver al Futuro” se encuentra tan vigente? La respuesta posible es que el público celebra al cine y la odisea de un adolescente que cruzó la barrera del tiempo y demostró que la historia se puede cambiar.

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