Lecciones de un estratega chino
Hace 2.500 años, Sun Tzu, un filósofo y militar chino, resumió en “El Arte de la Guerra” las lecciones básicas para involucrarse con éxito en un conflicto armado. Sostenía, en primer lugar, su convicción de que “la acción militar es de importancia vital para un país… Es la base de la vida y de la muerte”. Los elementos ineludibles que se deben tomar en cuenta, agregaba, son cinco: el camino, el clima, el terreno, el liderazgo y la disciplina.
Paree obvio, pero la historia demuestra que estas antiquísimas consideraciones -no importan la modernización en materia de armamentos- siguen siendo válidas. Es, tal vez, lo que explica la zigzagueante manera como Donald Trump ha enfrentado sus diferencias con sus adversarios y, en los últimos días, con el régimen venezolano.
Primero ofreció una recompensa de 50 millones de dólares por Nicolás Maduro, vivo o muerto. Después, saturó el Caribe con buques de guerra, aviones y portaviones y dio luz verde a los ataques contra pequeñas naves supuestamente cargadas con drogas prohibidas. Las fuerzas militares de EE.UU. han destruido 21 lanchas, provocando la muerte de 83 personas. No se conoce la identidad de las víctimas. En el primer caso, en septiembre, se han conocido videos que muestran el asesinato de dos sobrevivientes.
El 21 de noviembre Trump habló 15 minutos por teléfono con Maduro. La conversación fue descrita por el venezolano como “cordial”, aunque no dio detalles de lo tratado. “Si esa llamada significa que se están dando pasos hacia un diálogo respetuoso de Estado a Estado, de país a país, entonces bienvenido el diálogo, bienvenida la diplomacia, porque siempre buscaremos la paz”, afirmó. No mencionó, como ha trascendido de fuentes en Estados Unidos, que trató de negociar su salida de Venezuela y de su familia, libre de sanciones.
La versión de la Casa Blanca fue menos optimista. Según The New York Times, “Maduro, se está quedando sin opciones para dimitir y salir de su país bajo un salvoconducto garantizado por Estados Unidos”. Trump habría rechazado “una serie de solicitudes del líder venezolano”. Al mismo tiempo, sin embargo, le habría dado un plazo de una semana para irse al exilio.
Era difícil imaginar algo distinto. Trump ha amenazado reiteradamente con extender las operaciones militares a territorio venezolano y ya autorizó operaciones clandestinas. Un aspecto clave es la designación del Cartel de los Soles como una organización terrorista extranjera.
Lo que está quedando en evidencia en este conflicto es que, para Estados Unidos, lo más importante sigue siendo el petróleo.
La mayoría de la gente, sentenció la página económica de Yahoo, “asocia las grandes reservas de petróleo con Medio Oriente o Texas, pero Venezuela cuenta con una enorme reserva de 303 mil millones de barriles de crudo, lo que supone aproximadamente una quinta parte de las reservas mundiales”. Se trata de la mayor reserva de crudo del planeta.
Eso explicaría el interés de Trump por poner rápido fin al problema. Es parte -igual que en otros casos en que no ha tenido éxito, como en Ucrania- de su declarada candidatura al Nobel de la Paz. Ello también permite entender su cautela.
Después de todo, la principal lección de Sun Tzu es precisa: “La mejor victoria, es la que se logra sin luchar, es decir, vencer sin combatir”.




