Necrológicas
  • – Héctor Jorge Castillo Ortiz

Turberas de la Patagonia, los guardianes del clima austral bajo amenaza

Domingo 21 de Diciembre del 2025

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Pese a la importancia de estos sumideros de carbono terrestre, este tesoro está siendo amenazado por la explotación.

Las turberas de la Patagonia chilena, reconocidas como el mayor sumidero de carbono terrestre en las zonas templadas del hemisferio sur, enfrentan serias amenazas como la extracción de turba y la cosecha del musgo Sphagnum. 

Un reciente estudio de compilación e investigación subraya que estos ecosistemas han almacenado entre 3,6 y 4,8 gigatones de carbono durante 18 mil años, y su continua protección y restauración integral son cruciales para mitigar el cambio climático y alcanzar la meta de carbono neutralidad de Chile para 2050.

La investigación liderada por la Dra. Claudia Mansilla, especialista en Ciencias Ambientales, aconseja que se debe trabajar para el fortalecimiento de la legislación y la educación ambiental. 

Turberas: el vínculo crucial entre biodiversidad y clima global

El estudio, desarrollado por un equipo de expertos temáticos en conservación, se enmarca en un esfuerzo mayor para compilar y evaluar la evidencia científica sobre el estado de conservación de los ecosistemas en la Patagonia chilena. 

La Patagonia, definida geográficamente en esta obra entre el Seno de Reloncaví y las Islas Diego Ramírez, es una región biológicamente única y constituye una importante reserva de biodiversidad, que también contribuye a mitigar el cambio climático global.

Las turberas, un tipo de humedal, se distinguen por ser el sumidero de carbono a largo plazo más importante entre los ecosistemas terrestres. Su función principal es almacenar una cantidad significativa de carbono orgánico en el suelo. La estabilidad de esta reserva de carbono depende de su estructura hidrológica y biológica.

Estos ecosistemas están estratificados verticalmente en dos capas:

Acrotelma: la capa superior (hasta 30-50 cm), es aeróbica y alberga la vegetación. Es donde se fija el carbono mediante la fotosíntesis y donde ocurre el reciclaje activo de materia orgánica.

Catotelma: se ubica por debajo del nivel freático, puede tener varios metros de profundidad y es esencialmente anaeróbica. En esta zona, la descomposición de la materia orgánica es lenta, lo que genera una acumulación neta de materia orgánica y carbono en forma de turba.

La investigación de campo implicó un análisis de la composición, biodiversidad, provisión de servicios ecosistémicos, reconstrucción climática-ambiental a través de testigos de turba y la evaluación del papel de las turberas como sumideros de carbono. Los resultados confirmaron que la composición, la biodiversidad y la microtopografía de las turberas son esenciales para el mantenimiento de sus procesos naturales y flujos biogeoquímicos.

Amenazas que comprometen la reserva de carbono

A pesar de que más del 75% de la extensión de los ecosistemas de turberas en la Patagonia occidental se encuentra bajo protección en parques y reservas nacionales, estos sistemas vitales son vulnerables a diversas presiones antrópicas que ponen en riesgo la liberación del carbono almacenado, intensificando el cambio climático.

Las principales amenazas son:

1. Cambio de uso de suelo y especies invasoras: el cambio de uso de suelo y la introducción de especies invasoras son motores de cambio que impactan la región.

2. Extracción de turba (minería): la extracción de turba es una amenaza directa, siendo considerada una actividad minera y, por lo tanto, regulada por el Ministerio del Medio Ambiente (MMA) a través de la Ley N° 19.300. Al ser clasificada como un suelo fósil no renovable, la turba puede ser solicitada como concesión bajo el Código de Minería.

En la Región de Magallanes, históricamente han operado ocho cosechas de turberas, afectando un total de 444 hectáreas, un área baja en comparación con las 4.600 hectáreas explotadas en la Tierra del Fuego argentina.

Esta práctica es considerada muy riesgosa si no se acompaña de un estudio de impacto ambiental adecuado, ya que la extracción provoca el drenaje de los ecosistemas.

3. Cosecha del musgo Sphagnum: la cosecha del musgo Sphagnum magellanicum, una especie clave en estos ecosistemas, se ha convertido en una actividad emergente y de creciente relevancia en Chiloé y la Patagonia.

El Sphagnum es el segundo producto forestal no maderero más importante de Chile, y su tasa de extracción creció en más de 150% entre 2007 y 2017, alcanzando exportaciones anuales que superan las 3.500 toneladas, principalmente hacia Asia y Estados Unidos.

Esta especie proporciona servicios ecosistémicos importantes como la fijación y el secuestro de carbono.

Su extracción afecta negativamente la diversidad, la composición y los ciclos hídricos y de carbono de las comunidades vegetales.

Aunque en 2019 se promulgó el Decreto Supremo N° 25 para la protección del S. magellanicum, que prohíbe el uso de maquinaria pesada y busca fomentar el manejo sostenible, el marco regulatorio actual es insuficiente:

Las nuevas normativas no distinguen si el musgo se cosecha de pomponales o de turberas naturales.

Aún más críticamente, omiten regular la conservación de la biodiversidad y los flujos biogeoquímicos del ecosistema en su totalidad.

Rutas para la conservación y la carbono neutralidad

La protección y restauración de las turberas se posicionan como imperativos para la conservación y la mitigación climática. Los investigadores consideran la implementación de medidas integrales como crucial para el bienestar humano y la biodiversidad.

Una estrategia clave identificada es la inclusión de las turberas dentro de las llamadas Soluciones Climáticas Naturales (Natural Climate Solutions o Nature-Based Solutions). Este enfoque, avalado por el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC), busca aumentar la capacidad de almacenamiento de carbono y disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero (CO2, CH4) mediante la conservación y el manejo adecuado de los paisajes.

Las conclusiones del estudio proponen una serie de recomendaciones estratégicas para asegurar la gestión adecuada y sostenible de estos ecosistemas:

  • Fortalecer la legislación e institucionalidad.
  • Fomentar la educación ambiental.
  • Promover el turismo responsable.
  • Impulsar la investigación científica.

El desafío principal radica en la persistencia de limitaciones institucionales, ya que las regulaciones a menudo separan las jurisdicciones sobre diferentes elementos bióticos del ecosistema. Para superar esta fragmentación, el trabajo resalta la necesidad de generar redes coordinadas entre instituciones académicas, organizaciones sociales, educativas y gubernamentales, garantizando que la importancia de estos ecosistemas se comprenda y se refleje en la toma de decisiones.

En última instancia, el éxito de la conservación de la Patagonia como refugio climático y biodiversidad dependerá de un cambio de enfoque de una protección “en papel” a una acción integrada y efectiva.

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