Necrológicas
  • – Héctor Jorge Castillo Ortiz

Próxima temporada de la Fórmula Uno tendrá mayor protagonismo de los pilotos

Lunes 22 de Diciembre del 2025

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La Fórmula 1 se prepara para uno de los mayores giros de su historia reciente. En 2026, el “Gran Circo” no sólo cambiará de diseño en monoplazas, sino que cambiará su forma de competir.

La nueva normativa promete transformar la manera de adelantar, defenderse y gestionar una carrera, con monoplazas más inteligentes, más eléctricos y con un protagonismo inédito para el piloto al volante.

Los autos serán distintos a simple vista. Más compactos y ligeros, con menos carga y resistencia aerodinámica, los monoplazas de 2026 buscan atacar uno de los grandes males de la categoría: el aire sucio. Menos dependencia aerodinámica debería traducirse en persecuciones más cercanas y batallas más reales en pista.

El cambio también llega al corazón del coche. La potencia será casi un 50% eléctrica, el DRS desaparecerá y con el uno de los símbolos de la era actual. También se dirá adiós al MGU-H, el complejo sistema que recuperaba energía de los gases de escape. En su lugar, la F1 introduce nuevas “armas” que redefinirán la estrategia y el espectáculo.

El “Modo Adelantamiento” toma el relevo del DRS, pero con una filosofía distinta. Solo podrá activarse cuando el piloto esté a menos de un segundo del auto precedente y le permitirá desplegar energía extra de forma estratégica.

No es un botón mágico, se podrá usar todo de golpe o dosificarlo durante la vuelta. La clave ya no será sólo llegar cerca, sino decidir cuándo atacar.

MAYOR ESTRATEGIA

El “Modo Boost” pone el control energético directamente en manos del piloto. Con sólo pulsar un botón, se libera la máxima potencia del motor y la batería, tanto para atacar como para defenderse. No importa si es en una recta, una curva rápida o un sector mixto: la decisión será puramente táctica.

La aerodinámica activa será otra de las grandes revoluciones. Los alerones delantero y trasero cambiarán su configuración según el tramo del circuito, alternando entre modo curva y modo recta.

El objetivo es maximizar el agarre cuando hace falta y reducir la resistencia cuando se busca velocidad punta. Un coche más versátil, pero también más exigente para el piloto.

La recarga de la batería gana protagonismo. Ya no dependerá sólo de la frenada, sino que también se recuperará energía al levantar el pie al final de las rectas o incluso en curvas de gas parcial. La eficiencia y la lectura de carrera serán tan importantes como el ritmo puro.

En resumen, la F-1 de 2026 no será sólo más sostenible o tecnológica. Será más estratégica, más compleja y, sobre todo, más dependiente del talento del piloto.

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