Arista del caso “milicogate”: contratistas de obras menores fueron condenados por fraude al fisco
Los autores, José Jaime Paredes Maldonado y su socio informal, Jorge Antonio Villegas Maldonado, comparecieron ayer vía telemática.
Aceptaron la acusación de la Fiscalía para evitar ir a un juicio oral, y ayer mismo dos contratistas de obras menores fueron condenados como autores del delito de fraude al fisco. La pena se conocerá el próximo lunes, al mediodía.
Los autores del fraude son José Jaime Paredes Maldonado y su socio informal, Jorge Antonio Villegas Maldonado.
“Esta investigación nace dentro del contexto de las causas llamadas ‘milicogate’, que llevaba el ministro en visita Omar Astudillo, llevada actualmente por la ministra Romy Rutherford”, puso en contexto la abogada del Consejo de Defensa del Estado, Paula González.
El 22 de enero de 2020, en Santiago, la ministra Rutherford, sometió a proceso al teniente coronel en retiro del Ejército, Marco Antonio Espinoza Aedo, por fraude al fisco, cohecho y falsedad militar, a quien sindica como implicado en una defraudación por 73 millones de pesos.
Ella dirige las indagatorias que comenzaron en 2017 tras las cuales se dieron a conocer diversas irregularidades en la institución castrense, donde fueron apuntados los ex comandantes en jefe del Ejército, los generales en retiro Juan Miguel Fuente-Alba y Humberto Oviedo.
Posteriormente la ministra encausó al teniente coronel ® Espinoza Aedo, en la arista denominada “Proveedores Paredes Maldonado”.
Acusación por fraude
Ayer se realizó una audiencia telemática, ocasión en que el fiscal regional de Magallanes, Eugenio Campos presentó una acusación verbal en contra de Paredes y Villegas, sobre la base de hechos cometidos entre los años 2009 y 2010, periodo en el cual los acusados actuaron como proveedores del Ejército en Magallanes, “organizándose para defraudar a la institución, en conjunto con servidores públicos, provocando un perjuicio, que a la fecha asciende a 12 millones 700 mil pesos”.
A fines de 2009, José Paredes fue contactado por el entonces jefe de Finanzas de la Vª División del Ejército, teniente coronel Marco Antonio Espinoza Aedo, a quien le correspondía -entre otras tareas- aprobar los presupuestos de las obras menores que debían realizarse en la división militar.
Fue ahí que le propuso a los acusados favorecerlos con la asignación de trabajos de obras menores, solicitando a cambio la entrega de beneficios económicos, lo que fue aceptado por Paredes y Villegas.
Es así, dijo el fiscal Campos, como comenzaron a aumentar, artificialmente, el valor de las cotizaciones que presentaban para adjudicarse distintos trabajos, con el objeto de que dicho excedente -previo descuento del Iva- fuera entregado al coronel Espinoza, sirviéndose de una cuenta corriente del Banco de Chile, perteneciente a Danilo Orlando Alarcón Báez, quien a la fecha se desempeñaba como empleado civil de planta de la División de Finanzas del Ejército.
Fue así que entró en funcionamiento esta dinámica defraudatoria, “consistente en que los acusados, luego de visitar las instalaciones y lugares donde se realizarían las obras, entregaban la cotización directamente al coronel Espinoza Aedo, quien, como jefe de Finanzas, junto con aprobar los presupuestos presentados, intervenía luego en la tramitación necesaria para que las obras asignadas se pagaran efectivamente por la Vª División del Ejército, en al menos diez ocasiones”.
Luego de escuchar el relato de Campos, ambos acusados aceptaron la acusación y el procedimiento abreviado en su contra.
Esto dio pie a que el juez Juan Villa los declarara culpables del delito de fraude al fisco, y aunque la sentencia se conocerá el 27, a las 12 horas, la pena no debiera ser superior a 541 días de presidio y el pago de una multa.
Todo se enmarca en pagos de “coimas” al entonces jefe de Finanzas de la Quinta División de Ejército, teniente coronel Marco Antonio Espinoza.
Este oficial asignó a los acusados varios trabajos de obras menores en dependencias de la Quinta División, siempre que consintiera aumentar artificialmente el valor final de los presupuestos y así, producto de este engaño, el Ejército terminara pagando una cantidad mayor a la real por los servicios prestados. Espinoza Aedo solicitó que la diferencia abultada le fuera restituida como su “porcentaje”.