Pasadito de copas…
Que los magallánicos son copuchentos, lo son. Fue así que corrió, como reguero de pólvora, el comentario respecto de un panelista de uno de los tantos programas que tienen las radios y los canales regionales donde se dan cita los consabidos opinólogos.
Esta vez no se trató de una frase para el bronce, una salida de madre o alguna escena que podría dar para un meme. No, fue la condición etílica del hombre lo que salió al ruedo. Nadie le hizo un alcotest, pero fue demasiado notorio que el panelista “venía puesto” y que sus contertulios buscaban limitar sus intervenciones para protegerlo del escarnio público.
Pero, el poder de los “mass media” fue mayor que la solidaridad del panel.
Sin embargo, con tanto encierro cualquiera podría caerse al litro de tanto en tanto. Así es que, señores, el que esté libre de pecado, que tire la primera piedra.