La des construcción de la ciudad en sus bordes
En los últimos 30 años, la ciudad de Punta Arenas, ha visto “desbordados” sus bordes, por diversas razones, entre otras, la escasa planificación y previsión, leyes muy laxas y otras necesidades de salir de la ciudad y sus valores de suelo.
Hasta la década del ‘80, la definición clara de sus bordes y el “trato” que le dábamos los puntarenenses a nuestro entorno rural en los extramuros de la ciudad, era uno que hacía una adecuada simbiosis entre ciudad y campo.
Hoy en día, y merced a la sobre utilización del recurso “Subdivisiones de Predios Rústicos (5.000 o + m2), que subdividió desde Ojo Bueno por el norte hasta Leñadura por el Sur, pasando por toda la parte alta de Punta Arenas, como Pampa Redonda, Llau-Llau, Manuel Aguilar, Camino a la Bocatoma, Camino al Andino, Monteverde, Lynch, villa Generosa, y continuando por el sur por Río de los Ciervos y Leñadura”.
Pero, no nos quedamos como ciudad, en la profusión de subdivisiones de predios rústicos, que hicieron millonarios a varios, sino que el apetito de los seres humanos, la laxitud de las leyes y la pillería legal que se impuso como en ninguna parte, con “la venta de acciones y derechos” hizo que adonde antes, había una familia, ahora, al cabo de unos años hay, hasta 20 grupos familiares. Claro, porque la parcela inicial de 5.000 m2, donde vivía un grupo familiar con 5 personas pasó, a tener en ese mismo sitio, potencialmente 100 personas.
Comenzaron a aparecer, “la venta de lotes con derechos y acciones”, de una parte de un lote, sin urbanización completa (con suerte, hace unos años contaban con luz eléctrica), lotes de entre 250 y 300 m2. Es decir, entre 16 y 20 lotes en media hectárea. Pero y eso que podría importar, si en la ciudad los lotes son de esas dimensiones o un poco más chicos. Importa porque en la ciudad mal o bien, la urbanización está garantizada.
Si sumamos el impacto en la degradación de los antiguos bordes de la ciudad, de la desaparición de las superficies productivas (busque una quinta o espacio verde en alguna salida de paseo), la erosión profunda provocada por el clima y por la remoción “humana”, sacado el estabilizado y dejado solo el “mazacote”, la contaminación visual, la dificultad de desplazamiento por la paupérrima condición de las calles-caminos, la carencia de alguno de los servicios esenciales (agua, alcantarillado, luz y gas natural) hacen un panorama a ratos desolador.
Y qué hacer cuando la leche en muchos casos esta derramada ¿Estudiar, cuantificar, proyectar, priorizar y ejecutar. Y eso quien lo hace? una acción que sin duda deberá asumirse desde la futura Gobernación Regional y qué duda cabe desde el municipio, para que los ministerios incumbentes (Minvu y Mop entre otros) inviertan y sea acoplen a lo que lideren el órgano regional y comunal.
Punta Arenas tiene viviendo a más de 10.000 personas en sus “bordes y extramuros“. Casi el doble de la población de Porvenir y la mitad de habitantes de Puerto Natales. Esto amerita, un reconocimiento de la problemática, una inversión constante y cuantiosa, por parte de los fondos regionales, de los fondos sectoriales y en mucho menor término de los fondos municipales (y lo más importante la plena coordinación entre los nombrados). La calidad de vida de miles de habitantes que ya se han señalado, debe ser una ocupación permanente.
El Plan Especial de Zonas Extremas, tuvo dentro de sus 37 proyectos e iniciativas, el ocuparse de lo que se denominó las “áreas periurbanas”, lo que tuvo como acciones iniciales, el trabajo que se desarrolló en la administración Bachelet II, entre la seremía de Bienes Nacionales y nuestra administración municipal, con el “Saneamiento de las calles y caminos” de Ojo Bueno, Loteo Varillas, Vrsalovic, Pampa Redonda y Villa Andrea entre otros, lo que permitió que luego al ser calles o caminos públicos de hecho y en derecho”, se pudiese comenzar a pensar en la instalación de agua potable y gas natural) (recuerde que la mayoría de estos sectores, tenía al menos o sólo luz eléctrica.
Además del reconocimiento pleno de las autoridades de esta problemática, es preciso que el sistema jurídico, erradique la inscripción o validación de la “institución de la venta de acciones y derechos”. Se dice, que ya la cosa ha llegado a extremos en que, se inscriben estas operaciones en Conservadurías de otras comunas distintas a donde se produce la operación y la existencia del bien raíz. Y total después Bienes Nacionales está obligado a darme título de dominio, a través de lo establecido en el DL 2.695.
Sin duda, que la inversión pública cuantiosa y coordinada, la erradicación de prácticas jurídicas “a la chilensis”, y un mejor y más educado trato de los propios habitantes, que acumulando lo que sobra, lo deteriorado y cuanto cachureo hay, no contribuyen a amortiguar el impacto de la llegada de la ciudad a los bordes de lo rural.
Cuando pueda, salga, mire y plantéese con ojo crítico. Y tráigase los desperdicios al final de su paseo.