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Reflexión de Wildlife Conservation Society Chile en el marco de la conmemoración de los 500 años: “El llamado del estrecho es re-descubrir nuestra naturaleza, re-unir esfuerzos y re-conectar con lo que somos”

Martes 27 de Octubre del 2020

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“Como ecólogas, conocedoras del valor esencial de la biodiversidad para el bienestar humano y activas trabajadoras de su conservación, creemos que, en octubre de este año, cuando se conmemoran 500 años del hito de la navegación de Hernando Magallanes por la zona austral de América, ha llegado el momento de invitar a todo el mundo, especialmente a las chilenas, a des-cubrir Chile”.

Así lo plantean Bárbara Saavedra, directora Chile del Wildlife Conservation Society (WCS), y Daniela Droguette, directora regional del organismo.

En un documento titulado “Después de 500 años, la invitación es a des-cubrir nuestra América”, las profesionales sostienen que esta significativa fecha es el marco adecuado para repensar lo sucedido y, sobre la base de las enormes riquezas y potencialidades que tiene la vida en torno al estrecho.

“El llamado del estrecho es re-descubrir nuestra naturaleza, re-unir esfuerzos y re-conectar con lo que somos”, afirmaron.

Saavedra y Droguett indicaron que el arribo de Europa a estos lares les significó una ampliación geográfica de “su Mundo”, pero, al mismo tiempo, su llegada no vino acompañada de una comprensión cabal de las diversidades contenidas en esta “nueva” geografía. Sino que, por el contrario, estos nuevos territorios fueron mayoritariamente cubiertos por su visión y entendimiento limitado del mundo.

“(Estos) se impusieron sin derecho a pataleo en forma de transformaciones culturales, económicas, sociales e, incluso, ecológicas, que resultaron en el cambio de trayectoria de la vida de nuestro continente completo”.

Para las máximas representantes de WCS, la vida propia de toda América, incluyendo la más austral en el Cono Sur del Mundo, ha sido alterada y erosionada, permaneciendo -incluso hasta ahora- muchas veces invisible. “El resultado de esto tiene repercusiones bien conocidas y dramáticas, como la desaparición de nuestros pueblos originarios, así como la degradación de nuestra biodiversidad, tanto en mares, bosques, humedales, cuyas consecuencias permanecen hasta el día de hoy”, apuntaron.

Remarcaron que el estrecho de Magallanes es el eslabón ecológico que demuestra la interconexión global y el funcionamiento sistémico e integrado de nuestra naturaleza. Añadieron que tiene una importancia biológica y ecosistémica propia de ser un puente de mar entre dos océanos que alberga a grandes masas de bosques de algas, poblaciones de cetáceos, aves e invertebrados marinos de enorme importancia cultural y comercial.

Hicieron ver que el estrecho ha sido el sostén no sólo de pueblos originarios como kawésqar o selk’nam, sino de economías completas hasta el día de hoy. “A pesar de haber sido diezmadas a lo largo de los años, muchas de estas especies y ecosistemas todavía se mantienen, mostrando una fortaleza equivalente a la que le permitió a Hernando de Magallanes navegar alguna vez por sus turbulentas aguas”, apuntaron.

Hoy, 500 años después de la llegada de los expedicionarios europeos, para Saavedra y Droguett esta misma zona construye sobre esa historia, levantando y concentrando sendos esfuerzos para la recuperación y uso racional de la magnífica naturaleza patagónica.

Puntualizaron que no sólo se concentran aquí las mayores superficies de áreas protegidas nacionales, sino que la comunidad completa busca y hace esfuerzos para articular formas de uso que permitan la protección y uso sostenible de especies icónicas como la centolla, el apreciado ostión del sur, pingüinos, albatros de ceja negra, y diversas especies de ballenas y delfines, entre muchos otros tesoros naturales del estrecho.

“Pensando en esta conmemoración, posicionados en un mundo híper-degradado y cada vez más caliente y experimentado esta pandemia global -que no es sino un resultado concreto de una histórica degradación ecológica que suma a la ocurrencia de conflictos socio-ambientales que estallan cada vez con más frecuencia en nuestro continente y país desde Arica a Magallanes- vemos la oportunidad y necesidad de re-pensar-nos, re-conocer-nos, e invitar-nos unas a otras a correr todo tipo de velo que nos impida saber quiénes somos hoy, y preguntar-nos colectivamente lo que esperamos ser. Incluyendo en este proceso no sólo a los humanos que componemos este Chile actual, sino también a toda la trama de vida no-humana de la que dependemos para nuestro mínimo bienestar. La discusión en torno a la redacción de la Nueva Constitución es un espacio para ello, pero la realidad es que estas conversaciones ya existen hace rato en muchos espacios sociales, académicos, empresariales y más, y son la base sobre la que se asienta este proceso constituyente”, sostuvieron.

Las ecólogas afirmaron que nuestro mundo clama por un cambio de trayectoria que nos permita enmendar rumbo hacia un futuro diverso y sustentable, que es el llamado que efectivamente hacen los acuerdos globales de conservación de biodiversidad y cambio climático. Observaron que, por cientos de años, la visión y acción europeo-céntrica ha determinado la inclinación del eje de la tierra hacia el hemisferio norte.

“Hoy, reflexionando en torno a aquella circunvalación magallánica, construida sobre miles de años de experiencia americana, con desafíos y riquezas extraordinarias, con la fuerza de nuestra naturaleza sureña, el Cono Sur de América está llamado a ser un faro que guíe el tránsito de nuestro mundo en medio de las turbulentas aguas de degradación y calentamiento global. Con una naturaleza todavía fuerte, con comunidades y pueblos originarios orgullosos de su historia, con personas, empresas y países como Chile que aspiran a ser sustentables, y con un mundo atento al actuar de cada una de nosotras, el llamado del estrecho es re-descubrir nuestra naturaleza, re-unir esfuerzos y re-conectar con lo que somos. Y en base a ello, construir un nuevo Mundo que valore y se beneficie de nuestra resiliencia y tolerancia, y que pueda construir un futuro común basado en el respeto de todas sus diversidades”.