Las pruebas de la Fiscalía que contradicen a la defensa del acusado por incendio en AFP
“La violencia y delitos graves no se justifican por temas políticos”, planteó el fiscal Felipe Aguirre.
Este miércoles se retoma el juicio oral, en modalidad semi presencial, en contra del estudiante universitario Marcelo Mandujano Salas, caratulado como “delito desórdenes públicos, incendio con peligro para las personas”.
El miércoles 14 se inició este procedimiento, con una duración proyectada inicialmente de 15 días, y con la convocatoria de 43 testigos y 10 peritos.
El fiscal de la causa, Felipe Aguirre Pallavicini, y el abogado defensor privado Juan Carlos Rebolledo, están enfrentados en posturas completamente antagónicas. El primero va por un veredicto condenatorio y el segundo por la absolución de su defendido.
Rebolledo reafirmó esto ayer, en una entrevista con El Magallanes, donde criticó que el fiscal no esté buscando la verdad o la objetividad, “sino que lo que quiere la Fiscalía es que se condene a alguien”.
El profesional busca obtener un fallo favorable, que, aunque no sea absolutorio, no le trunque la vida al estudiante de la Umag.
Posturas antagónicas
A diferencia de lo que expone la defensa, el fiscal Aguirre le atribuye directa participación a Mandujano y pide dos penas: una de 10 años y un día de presidio por “incendio en grado de consumado”; y una segunda de 540 días por desórdenes públicos.
“La violencia y delitos graves no se justifican por temas políticos”, planteó en el juicio.
Entre la prueba documental, pericial y testimonial presentada estos días, destacan las declaraciones de testigos, y de diversos videos y grabaciones de cámaras de seguridad y redes sociales que a juicio del fiscal “prueban la participación del acusado en el hecho”.
El argumento que expuso fue que este “hecho no fue fortuito ni espontáneo, sino concertado, coordinado, siendo una acción que se quería provocar y que se logró”.
A los jueces exhibió grabaciones de las cámaras de seguridad municipales y de redes sociales acerca del incendio, en días que se vivía un estado de conmoción en la ciudad.
Para Aguirre quedó claro con el zoom de las cámaras municipales el accionar del acusado, “quien junto a dos sujetos actuaban y se movían como un conjunto coordinado, desde momentos previos al incendio, por calle Colón. Esto se logró establecer al ser identificado por su fisonomía, unas particulares zapatillas blanco con negro que tenían un diseño especial, unos guantes rojos, un cortaviento negro y una mochila Puma, que luego se incautaron reconociendo él haber participado en el movimiento. Asimismo, estas grabaciones dieron cuenta cómo el acusado es quien se acerca a la puerta y comienza violentamente a sacarle el cerrojo, para luego ingresar con un palo con fuego, sacar muebles y artefactos desde dentro, aumentando el fuego de la barricada”.
Bomberos, a través de su comandante, declaró que llegaron a apagar el incendio, el cual tenía un grave peligro de propagación y que fueron apedreados, teniendo que pedir apoyo policial para efectuar sus labores, las que lograron luego de una hora de combate. Además que el foco inicial, según sus peritajes, estuvo en el acceso de la AFP, asegurando que antes de que se introdujera el fuego no había humo ni indicios.
En el juicio planteó como una “pieza clave” la presentación de la declaración de un testigo protegido, “la cual derribó toda la argumentación de la defensa, al reconocer a Mandujano como uno de los que introdujeron el fuego en el lugar, sosteniendo que lo conocía con anterioridad. Además se posiciona en el lugar y explica por qué estaba allí a pesar de los intentos de intimidación en su contra”.