Con sus implementos en la calle, peluquerías y salones de belleza del centro exigieron reabrir
En los últimos días, las protestas en contra de la cuarentena, que ya va por los tres meses, se han intensificado. Ayer fue el turno de los dueños de peluquerías y salones de belleza del centro de Punta Arenas que, para hacer más llamativo su reclamo, salieron con sus sillas e implementos a calle Magallanes, al lado del puente.
Paola Bahamondes, del salón “Paola”, fue una de las que organizó esta manifestación, que se concretó ayer al mediodía: “Somos una cuadra casi entera de peluquerías, aunque no pertenecemos a ninguna organización, grupo, ni nada, solamente somos locatarios que estamos cansados de esperar que se nos den soluciones, una reapertura. Llevamos mucho tiempo cerrados y sin ingresos. Teníamos que hacer un poco de ruido, porque las deudas están encima, hemos tenido que seguir pagando arriendo e impuestos, y todo lo que conlleva un local, pero sin ingresos”, expuso Bahamondes.
Es por eso que el principal llamado a las autoridades fue “dejar de ser invisibles y poder tener la oportunidad de trabajar libremente”. Sin embargo, es conciente de las complicaciones que implica este pedido, por el servicio que prestan. “Estamos en tela de juicio, por la cercanía que tenemos con el cliente para la atención, pero si bien estamos cerca, no tanto como un dentista, por ejemplo, y también tenemos el derecho de abrir nuestros locales como cualquier otro comercio. Es el comercio pequeño, en realidad, el que está cerrado, porque el comercio grande está todo abierto, por lo tanto, son medidas arbitrarias para nosotros. Hemos inventado protocolos, tomado medidas sanitarias rigurosas, invertido en implementación para tener una atención segura, tanto para ellos como para nosotros, porque igual nos arriesgamos, pero ya no nos quedan más opciones. No podemos seguir manteniendo un local después de casi cuatro meses, sin considerar la primera cuarentena y estos meses son claves para el comercio”, manifestó Bahamondes, que reunió a una decena de locatarios de las peluquerías y salones de belleza.
Bahamondes recalca que ellos no cuentan ni siquiera con un permiso para trabajar en domicilio, aunque sabe que “hay locales que están funcionando de manera clandestina, porque ya no queda otra opción. Si el gobierno regional no nos da la autorización para poder abrir, vamos a terminar todos atendiendo en forma clandestina. Hemos acatado todas las reglas que nos ha puesto el gobierno y eso es lo que se les pide a ellos, que nos tomen en cuenta”, finalizó.