Necrológicas

Dignificación del gobernador regional

Por La Prensa Austral Sábado 5 de Diciembre del 2020

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Hace seis días que los ciudadanos fueron convocados a participar en una primaria histórica para elegir, de acuerdo a la decisión adoptada por diferentes pactos y partidos, a los candidatos a la elección de gobernadores regional el 11 de abril del próximo año.

Si bien la nota de agraz la puso la baja participación ciudadana, lo cierto es que se ha dado un paso más hacia un proceso que quiere ser vital para descentralizar al país: la instalación de figuras elegidas popularmente como máximas autoridades en cada región.

Con el 40% de los votos, un ciudadano podrá erigirse como gobernador regional y tendrá como tal una estabilidad de cuatro años en su cargo y podrá, incluso, ser reelecto por igual periodo. Esto ya lo diferenciará de los actuales intendentes, cuya permanencia dependía de la voluntad del poder central y estaba siempre sujeta a maniobras y operaciones políticas si éste no tenía llegada por sí mismo en La Moneda.

Lamentablemente, todavía no se ha acelerado la tramitación de los proyectos de ley corta de traspaso de competencias y de financiamiento local y regional, siendo que estamos a escasos meses de que se realice la elección y que asuman estas nuevas autoridades.

Igualmente, se ha hecho ver que se requiere abordar con no menos urgencia otros aspectos relativos a tal investidura, para que el gobernador regional electo popularmente sea tratado acorde a la importancia de su cargo.

Por ejemplo, el protocolo en cada región tendrá que ser modificado y adaptarse a este nuevo cargo, reconociendo explícitamente al gobernador regional como la primera autoridad en la zona.

Otro aspecto que está en nebulosa es qué dependencias ocupará el gobernador. La postura de quienes impulsan el proceso descentralizador es que éste debe instalarse en las actuales intendencias y que el delegado presidencial lo haga en los espacios que actualmente ocupan los gobernadores provinciales.

Se trata de cuestiones que no son meramente protocolares, sino que se relacionan íntimamente con la importancia del cargo y que permitirán dignificar a la primera autoridad que tendrá todo el empoderamiento popular.