La locura debe parar

Alejandro Kusanovic G.
Presidente de la CPC Magallanes

La gente en sus casas sufre de cuarentenas que no están basadas en la ciencia. A estas alturas ya no se puede hablar de un error sino que de una decisión que nunca ha sido acerca de lo que es lo mejor para la gente.
La evidencia es clara en que las cuarentenas no producen beneficio alguno, pero sí es cierto que imponen costos extremos a pequeños y medianos emprendimientos que sufren sus efectos. Las cuarentenas están destruyendo las vidas de las personas.

Mientras los pequeños negocios deben cerrar, los grandes pueden operar. Mientras los grandes negocios operan libremente, los pequeños deben someterse con vergüenza y se les dice que ellos son los que deben sacrificarse para ralentizar la propagación del virus y que la desaparición de los negocios a los cuales han dedicado sus vidas es el precio a pagar por malas decisiones de la autoridad.

Los estudios demuestran que los restaurantes son seguros y que los brotes no ocurren porque los negocios pequeños son restaurantes, peluquerías, gimnasios y, sin embargo, están en la mira de las autoridades a lo largo del país.

¡Esta locura debe parar! Se reabren licorerías pero se cierran iglesias.

La gente ha tenido suficiente. Ya es tiempo de enfrentar la hipocresía de quienes deliberadamente están dañando las vidas de quienes dicen cuidar y representar.