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– María Angela Muñoz Bahamonde

Desazón en pescadores porvenireños porque precio de la centolla no fue el esperado

Martes 15 de Diciembre del 2020

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Frustración y pesadumbre dicen sentir los pescadores artesanales de Porvenir después que el precio del recurso centolla no lograra repuntar más que hasta unos 5 mil 800 pesos, la mitad de lo que proyectaban que obtendrían en esta fecha, para reponer en parte su alicaída situación a causa de la pandemia del coronavirus y la baja venta de sus recursos en las empresas del rubro. “Las pesqueras están pagando hasta 5.300 pesos, precio puesto en el muelle de Bahía Chilota, lo que es un precio bajísimo y yo mismo no estoy trabajando la centolla por ese tema”, refirió el presidente del Sindicato de Estibadores y Pescadores Artesanales y buzos mariscadores (Estipa) y representante local del grupo de manejo de crustáceos, Omar Silva.

Dice que no es rentable trabajar a tan bajo precio de compra, y que sólo hace poco -cuando el recurso se desplazó cerca de la costa porvenireña- incursionó en la centolla, ya que a menor distancia bajan los costos. Y es que para “centollear” se requiere además, gastos en carnada, contratar a 2 trabajadores y proveer los gastos en combustible, que crece si es muy lejos. Silva se dedica de modo preferente al pescado, que vende con otros colegas en Punta Arenas.

“En una semana puedes extraer entre 50 y cien kilos de centolla, en cambio en la misma semana puedes sacar 200 a 300 kilos de pescado, cuyo precio se mantiene. Aparte que para la centolla, cada pescador de Porvenir tiene poco más de 400 trampas centolleras por lancha, no es mucho”, explicó. Hasta Juan Delgado, presidente del Sindicato de Pescadores Artesanales de Tierra del Fuego, que a inicios de la temporada preveía un precio superior a 11 mil pesos por kilo del crustáceo, lamenta hoy el disminuido precio.

“Cinco mil pesos no es nada, otros años estaba a 10 mil en este tiempo. Es poca plata, en la costa de acá sale muy poca centolla y las embarcaciones, que son chicas, no están implementadas para viajes muy largos”. Por eso, como muchos de sus socios, decidió no embarcarse a capturar el recurso.

“Hay que cumplir
los compromisos”

Su colega, Guillermo Mansilla, se pliega a la premisa que no conviene ir por el recurso exportable, “pero igual hay que salir a trabajar por los compromisos, deudas y mantener el hogar. Saco centolla en Santa María y bahía Inútil, ya que está más cerca”. Nos explica que al ser un crustáceo nómade, la centolla viene caminando -a razón de unos 5 kilómetros por día- desde el Atlántico, se desplaza por el estrecho, se reparte por los canales y una parte queda en las cercanías de la costa porvenireña, ubicándose por temporadas en distintos lugares, por eso en julio no se divisa en las cercanías de la ciudad fueguina, sino hasta fin de año.

“No da para pagar a los ayudantes, porque no se financia. Cuando se tiene familia, hoy no se puede depender de la centolla. La estamos pasando muy fea en estos momentos en el sector pesca. Para peor, este año la luga (alga) está muy escasa también y sólo nos dedicamos al pescado, que se vende en Punta Arenas, donde hay más demanda”, se lamenta el dirigente del Sindicato de Lugueros, Ricardo Millán. Agregó que como sucedió el año pasado, esperaban que hacia el final de temporada de centolla la alicaída situación de los pescadores artesanales pudiera mejorar, pero fue todo lo contrario.

Bajos precios a causa
de la pandemia

Los bajos precios del apetecido crustáceo de exportación, cuyo mayor destino es China, se debe a que este año existió el peligro de no abrirse el mercado de la centolla, lo que recién se hizo la primera semana de agosto, explicó Mauricio Inostroza, gerente general de Pesquera Cabo Froward. Fue así que la mayor parte de los pescadores salió a extraer el crustáceo recién ese mes, por los bajos precios de la materia prima.

Se sumó a ello los stock del producto que quedaron del año anterior, con muchos contenedores que no se pudieron exportar, lo que hizo lenta la compra por el principal cliente, que es China, y a bajos precios. Pese a todo, dijo que si se empezó pagando 3 mil pesos por kilo al pescador artesanal, al final de la temporada se logró subir a más de cinco mil, “sin embargo el precio para nosotros, como productores, no ha subido en el mismo porcentaje”, afirmó.

Añadió que el precio, al final de esta temporada está “estancado” y hasta va a bajar en los últimos contenedores que se exporten. “No hay una fórmula que nosotros podamos manejar, sólo dependemos del mercado y del ingreso de la centolla a China”, acotó. En el caso de esa pesquera, resaltó que por otro lado (y sin que influyera en lo que se adquiere a los pescadores), debieron superar  las pérdidas del incendio que destruyó su cámara congeladora principal y una buena cantidad de producto destruido.

“El mercado
internacional manda”

En tanto, la gerenta de Pesquera International Seafood, Catalina Besnier, dijo que pese a que esa empresa exporta a Estados Unidos, el precio internacional de la centolla se mantuvo bajo, por efectos de la pandemia global. “Cuando se han alcanzado precios mejores, diez y 11 mil pesos, es porque ha estado mejor afuera”, además que este año los volúmenes -por efectos del mismo precio- también han sido menores, detalló.

Finalmente, la administradora de Planta de la pesquera Bakkavör Chile, Mónica Cárdenas, señaló que además de la baja mundial del precio, los puertos de China están colapsados, pero que en los últimos días de extracción de centolla, el precio a sus “colaboradores” (pescadores artesanales), logró repuntar a casi 6 mil pesos por kilo. Dijo que los meses de octubre y noviembre se logró mejorar los volúmenes del rojo recurso, porque incluso pudieron adquirir a pesqueros de Puerto Williams que poco antes estuvieron en cuarentena.