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La conservación de la naturaleza en la base de nuestra sociedad

Por Agencias Viernes 18 de Diciembre del 2020
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Dr. (c) Claudio Moraga
Investigador Centro Regional Fundación Cequa

 

Haber perdido en promedio el 68% de mamíferos, aves, anfibios, reptiles y peces entre 1970 y 2016 es una gran crisis. Sin embargo, esta crisis de extinción de la biodiversidad ha dado origen a diferentes soluciones para protegerla, las que se representan de diferentes formas en el quehacer de un país. Más aún, estas formas nos plantean principios que nos ayudan a constituir un país.

En Chile, a groso modo nuestras formas de proteger la naturaleza son: primero la protección de una naturaleza “sin humanos”, la protección de una naturaleza “con o para humanos”, que los “humanos somos naturaleza” y últimamente en boga, de una naturaleza “rearticulada por humanos”. La primera y la última son fáciles de identificar y reflejan el nivel de dominio que ejercemos en el ambiente.

En los parques o reservas naturales nacionales existen áreas de visita y áreas donde no se permite el acceso humano para no generar ningún impacto con el fin de dejar que la naturaleza siga su curso sin nuestra intervención. En cambio, en proyectos de restauración ambiental, de reintroducción de especies especialmente de fauna o laxamente llamados de “rewilding” (en inglés para algo así como “re-asilvestramiento”) la intervención humana es parcial o total. Esta corresponde en general, a reacondicionar un área y sostener ciertas especies que hemos identificado como importantes para el funcionamiento o recuperación de la naturaleza en esa área.

En un punto intermedio la protección de la naturaleza es más confusa o difícil de identificar, porque la protección de la naturaleza “con o para humanos” ocurre con la protección de áreas como los humedales en zonas urbanas que son importantes para nosotras y nosotros como infraestructura verde que preste servicios ecosistémicos (por ejemplo, hábitat de aves, ciclo de nutrientes, limpieza de aguas) a bajo costo, pero sin intervención humana. O como la protección de especies fuera de áreas protegidas, en zonas de producción agrícola o ganadera, por ejemplo, donde pueden existir conflictos entre la producción y la protección de la naturaleza. Pero también intermedio y con un mensaje más conciliador está el que “humanos somos naturaleza”, y por lo tanto proteger sistemas de vida como la ganadería transhumante en conjunto con la biodiversidad genera nuevos ambientes, o ambientes “noveles”.

Revertir la actual crisis de biodiversidad requiere todos los esfuerzos, pero también requiere entender cómo nos relacionamos con la naturaleza y abordar esos entendimientos de manera integral. Prontos a la escritura de la nueva carta magna de Chile, estos diversos entendimientos son más importantes que nunca y de ser incluidos como principios, pues, es aparente que será una forma de asegurar los pilares de nuestra sociedad basada en la biodiversidad.