Necrológicas

Plaza de las Banderas, ofensiva sin querer

Domingo 27 de Diciembre del 2020

Compartir esta noticia
2,966
Visitas

(Por Arturo M. Castillo). Recientemente se ha vuelto a engalanar la bella Plaza de las Banderas, con los pabellones de prácticamente todos los países que han aportado habitantes a Magallanes, incluso de data reciente, lo que por cierto da una singular bienvenida a quienes ingresan por el principal acceso a la ciudad.
Todo ello está muy bien, sin embargo y seguramente por ignorancia, uno de los pabellones no se condice con la placa identificatoria a su pie: mientras en lo alta flamea la Union Jack, que identifica al Reino Unido (United Kingdom), abajo se la identifica como la bandera de Inglaterra, que es una de las cuatro naciones que integran dicho Reino, a saber, Escocia y Gales dentro de la misma isla de Gran Bretaña, e Irlanda del Norte, en una isla vecina.
De hecho, la Union Jack, o más propiamente la Union Flag o bandera de la unión, unifica en su diseño, las banderas de tres de esas naciones: la cruz de San Jorge de la bandera de Inglaterra, la cruz de San Andrés de la bandera de Escocia y la cruz de San Patricio de la bandera de Irlanda. El diseño definitivo quedó establecido a partir de 1801, en que Irlanda se unió al Reino. Gales no está representado, por cuanto su propia bandera, es de fecha posterior.
Tal vez no sería gran problema, desde la perspectiva chilena o latina, pero el hecho es que como digo al comienzo, la intención de la plaza, es honrar a quienes vinieron de lejos a construir nuestra región. En el caso de los británicos, probablemente hayan venido más escoceses que ingleses, irlandeses o galeses, pero en diverso número, vinieron todos, y merecen ser reconocidos con la bandera que los representa en su conjunto, o si no, con la bandera de cada uno. En todo caso, tampoco está bien identificar como inglesa a una bandera que no lo es. Tal vez para un europeo confundir la bandera chilena con la argentina, no tiene ninguna importancia, pero ese sólo ejemplo, demuestra que sí la tiene. De hecho, conozco descendientes de escoceses, que entran en cólera si se les trata de ingleses, tal como si a un croata se le llama serbio o, peor aún, austríaco. Sin querer queriendo, resulta ofensivo…
Mención aparte, merece el considerar con qué nivel cultural nos calificarán los visitantes, en una ciudad que, como la nuestra, se precia de tener un fuerte movimiento turístico.
Así las cosas, con justificaciones más, o justificaciones menos, el asunto es impresentable: o cambian la placa por una que diga “Reino Unido”, o correctamente ponen la bandera de Inglaterra, y dejan fuera del homenaje, a los demás británicos.