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Incierto diagnóstico para pequeña natalina de tres años que viajó con sus padres a Santiago

Miércoles 30 de Diciembre del 2020

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En medio de exámenes para determinar la causa de su enfermedad se encuentra la pequeña Emilia, de tres años de edad, quien hace dos meses se trasladó junto a sus desesperados padres y su pequeña hermana a Santiago en busca de una solución a su condición de salud.

A los cinco meses de vida -cuando comenzó a comer- la pequeñita empezó a presentar los primeros síntomas que se manifiestan con cortes en la piel, lesiones similares a quemaduras y resequedad. Los dolores que presenta y que en la medida que la menor comenzó a hablar y hacerse entender se los manifiesta a sus angustiados padres, le impiden dormir por las noches, permaneciendo durante el día acostada, sin poder levantarse, correr y jugar como cualquier otro niño de su edad.

Aquí en Magallanes le diagnosticaron una dermatitis atrópica y una presunta alergia alimentaria. Sin embargo ningún tratamiento logró que la pequeña superara su angustiante dolor. Ante tan dramático escenario, sus jóvenes padres realizaron una campaña pública para reunir fondos y gracias al comunicador Arturo Pérez y la presidenta de la Unión Comunal de Juntas de Vecinos, Belén Davey, lograron reunir el dinero para viajar a Santiago.

En la capital del país se encuentran desde el pasado 22 de octubre. Sin embargo, la situación no fue como ellos esperaban. Aún se mantienen en medio de exámenes y tratamientos. La madre de la pequeña, Katherinne Santana reconoce que “la situación ha sido más complicada de lo que podíamos imaginar”.

Un caso poco común

La doctora que está tratando a la pequeña le reconoció que “se trata de un caso muy poco común y que ha sido complejo detectarlo. Los resultados de los exámenes siguen siendo negativos, sin embargo no logran arrojar la causa de ello”.

Hasta el momento se logró determinar que la niñita sufre un problema inmunológico que ha afectado su crecimiento y peso.

Por su condición la pequeña debe tener atención médica constante y se encuentra con tratamiento medicamentoso. Tiene un estado de ánimo variable, ha logrado levantarse de la cama y a ratos pareciera estar mejor. Sin embargo el tratamiento como asimismo una anunciada hospitalización complica a sus jóvenes padres, quienes no han podido encontrar trabajo y se han enfrentado a una ciudad que desconocían -primera vez que salían de Puerto Natales- sin familiares, amigos, ni siquiera conocidos.

Una ciudad
desconocida

En una ciudad donde actualmente impera la desconfianza, donde todo anda a un ritmo más acelerado, y donde las distancias son más largas, han debido intentar mimetizarse con el entorno, aunque a cada momento les señalan que se les nota que no son de Santiago. Su mejor aliado hasta el momento ha sido la doctora que trata a su hija y el Google Maps que les ha permitido ubicarse, aunque reconoce que también se han extraviado.

Agregó que “acá nos ha costado mucho. El calor que no me gusta, además hemos visto muchos robos y delincuencia. Igual andamos con miedo. Nos han dicho que se nota que no somos de acá, pero todo sea por el bien de la Emilia. Nosotros sí o sí tenemos que adaptarnos a esas circunstancias si eso lleva a que la Emilia esté bien”.

De seis meses
a un año

Para determinar la causa de la enfermedad de Emilia su médico tratante les informó que la menor tendría que quedarse entre seis meses a un año en Santiago para la realización de nuevos estudios.

“Estar esa cantidad de tiempo sin un trabajo nos complica mucho, demasiado. Estamos muy preocupados, porque si regresamos a Natales, no va a tener la atención médica que tiene acá, y tendríamos que empezar todo de nuevo”, manifestó acongojada en contacto telefónico con El Natalino.

Pasadas las fiestas de fines de año la intención de los médicos es dejar a la niña internada para someterla a nuevos exámenes, más específicos, e ir acotando así las alternativas para llegar finalmente a un diagnóstico acertado.

Sin embargo, sus padres tienen una fecha límite: el 22 de enero próximo deben entregar el departamento que arriendan. Sin trabajo ni tampoco ingresos, para ese momento no tendrán otra alternativa que retornar a su tierra natal, sin un diagnóstico ni un tratamiento que le permita a su pequeña tener una vida normal.

Todo lo anterior y el hecho que las fiestas de fin de año la tendrán que vivir lejos de su terruño ha sido para ellos “mentalmente desgastante. Es una preocupación de todos los días. La doctora me dice que haga un último esfuerzo, pero sinceramente no tengo los medios económicos para quedarme”, reconoció con impotencia la afligida mamá.