Necrológicas

Magallanes competente – Desafío al 2030

Por Gloria Vilicic Peña Jueves 31 de Diciembre del 2020

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Las personas digitalmente alfabetizadas pueden comunicarse y trabajar de forma más eficiente, especialmente con aquellos que poseen los mismos conocimientos y habilidades. La globalización de la información y los servicios virtuales que nos trajo la red www nos democratizó en las oportunidades para aprender y trabajar sin importar el lugar de residencia, sin importar el origen social, sin importar la educación que recibimos, al menos así lo creíamos, hasta que apareció la cuarentena… La cuarentena del Covid-19 que desnudó una cruda realidad en las familias magallánicas. Muchos servicios públicos, empresas, pero por sobre todo los colegios dieron por supuesto que el total de la población regional contaba con las capacidades para entender el lenguaje de las plataformas digitales y que la mayoría de los padres construirían junto a sus hijos procesos comunicativos para desplegarse en los entornos digitales que impuso la pandemia en Magallanes.

La sorpresa o el choque con la realidad fue abismante, el alfabetismo digital, también conocido como alfabetización multimedia, esa habilidad para localizar, analizar, organizar, entender y evaluar información utilizando tecnología digital, no emergió espontáneamente de los hogares magallánicos, dejando a miles de estudiantes atrasados en su aprendizaje, pero también a miles de adultos estupefactos ante su falta o poco desarrollo de sus habilidades digitales.

La clase política ni siquiera se percató de que el conocimiento de cómo trabaja la alta tecnología de hoy día, como la comprensión de cómo puede ser utilizada, están en un estado precario en Magallanes, por no decir casi subdesarrollado en la región. La cuarentena nos volcó a la fuerza a navegar por Internet, para descubrir de sopetón que no contamos o no tenemos desarrolladas las competencias requeridas para desempeñarnos en el entorno creado por lenguajes multimediáticos.

Pero este 2020 a nadie le importó, a nadie de corte político le importó, a nadie a nivel educacional le importó, a nadie, salvo a los miles de magallánicos que nos percatamos que el 2020 nos mostró una tremenda desigualdad social, una abismal desigualdad de oportunidades, creada por el analfabetismo digital en que nos encontramos. Porque quienes logran la alfabetización digital tienen más probabilidades de empleabilidad. Muchos trabajos requieren un conocimiento laboral de las computadoras y de Internet para efectuar funciones básicas. En la medida en que la tecnología inalámbrica se perfecciona, más trabajos requieren conocimientos sobre teléfonos celulares y el uso de las aplicaciones para celulares. Como la tecnología se ha tornado más barata y accesible, más trabajadores están necesitando del alfabetismo digital para desarrollar sus labores.

Pero no basta con tener acceso a Internet, como muchos piensan, es también necesario saber manejar programas más complejos como Word, Excel, Power Point, formularios digitales para inscribir a los niños en el colegio, para declarar sus impuestos, etc. ¿Ha oído usted de la nube híbrida abierta, el edge computing y el método DevOps? Seguramente no, así como tampoco de miles de programas que se crean día a día para mejorar nuestra vida, si es que nos alfabetizamos digitalmente primero… y eso no está pasando en Magallanes.

Los desafíos al 2030 están para mí claro: fomentar y facilitar la alfabetización digital en Magallanes. Quiero que Magallanes deje de ser una región en la periferia de la red www, quiero que seamos usuarios y beneficiarios de la globalización del conocimiento. Y para ello necesitamos un Magallanes competente antes que termine la década del 20 en este nuevo siglo 21.