Complejidades del boleteo electrónico
A partir del 1 de enero, comenzó a regir la obligación de emitir boletas electrónicas en virtud de la Resolución Exenta del Servicio de Impuestos Internos Nº74 del 2 de julio de 2020.
La obligación considera un sistema en línea útil para aquellas personas y comerciantes que emitan una cantidad acotada de boletas y otro servicio provisto por terceros, para el cual se debe contratar empresas dedicadas para tal efecto.
Se trata de una medida que afectará a un número importante de contribuyentes. A nivel nacional, son 426 mil 578 emisores de boletas y servicios en sus distintas modalidades. En Magallanes, el número que está obligado a iniciar este proceso es 3.500 y, a contar de marzo, se agregará otro grupo.
Para el Servicio de Impuestos Internos, la medida tendrá como un primer elemento favorable el que se transparentará qué parte del valor final que cancelan las personas por un bien o un servicio corresponde al pago de impuestos, creando mayor conciencia en los ciudadanos respecto de cuán importante es exigir la boleta, para allegar más recursos a las arcas fiscales.
También se apuesta a que, en general, la implementación del sistema tenga importantes beneficios para contribuyentes emisores, los ciudadanos y la administración tributaria.
Sin embargo, se tiene que considerar que más del 80% de los contribuyentes que están bajo tal imperativo corresponden a micro y pequeñas empresas, muchas de las cuales no cuenta ni con la capacitación ni los recursos para comenzar a cumplir con tal obligación.
Menos del 50% de estos contribuyentes esté inscrito y se puede objetar que este cambio se quiera materializar tras un año difícil y que fue desestabilizador para muchas pymes. No en vano, los contadores han advertido sobre las complejidades consustanciales a la implementación del boleteo electrónico, mientras la CPC Magallanes ha solicitado, derechamente, que se aplace la entrada en vigencia.
