Necrológicas

Un verano de invierno, y un año de elecciones

Por Juan Francisco Miranda Jueves 7 de Enero del 2021

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La temporada estival parece que vamos a estar encerrados igual que en el invierno, pues nada indica que las cifras de contagios y riesgos por el Covid-19 vayan a disminuir, o que los planes del gobierno y autoridades sanitarias estén funcionando. Por el contrario, a la serie de permisos para romper la cuarentena, ahora se agregó el permiso para salir de vacaciones (los que pueden). Lo que puede entenderse como una mayor empatía hacia los ciudadanos, también puede interpretarse como la evidencia del fracaso en la estrategia de prevención impulsada por el gobierno. A esta suerte de relajo veraniego, en Europa le vino un nuevo brote, con un aumento de casos y con ello de muertes por Covid-19.

No es sólo el sol que está más cerca del Polo Sur, sino que la sensación ambiente de que la crisis se va superando (aunque las cifras digan lo contrario). Quizás la llegada de las primeras vacunas ha dado señales de que el antídoto pronto estará a nuestro alcance. Lo cierto es que al invierno no llegaremos vacunados, y todavía se sentirán los signos de crisis sanitaria y económica.

Lo mismo ocurre en política, con el término de mandatos a nivel municipal, presidencial y parlamentario, pues las múltiples elecciones de 2021 son una posibilidad para dar ciclos por terminados e iniciar otros. Sin embargo, al igual como el cambio de folio que se da a fin de año, son estados de ánimo los que inciden en una sensación de cambio. Para un observador neutral y lo suficientemente alejado, es difícil encontrar elementos y acciones que indiquen un cambio importante. De hecho, seguimos siendo un país con una de las peores distribuciones del ingreso, con una población que valora más un equipo celular que un derecho, que le importa más el resultado de su selección que la tributación por extracción de materias primas, y que se ha ido acostumbrando más a reclamar y opinar que a trabajar tras un objetivo que mejore su vida. En contra del poema de Neruda, parece que los chilenos decimos “nosotros los de entonces seguimos siendo los mismos”.

Este año, lo novedoso es la elección de Constituyentes para redactar una nueva Constitución. Y, como todo nuevo, pareciera ser más atractivo para muchas personas, pues la cantidad de interesados indica que puede ser una elección muy competitiva. Hemos visto candidatos de partidos políticos, y también de los que se dicen independientes pero que debiesen reconocer como no militantes, pues también tienen posiciones políticas, aunque las escondan o quieran invisibilizar. Hay candidaturas afines a una causa o muchas, y también con sentido de territorialidad. Lo curioso es que el regionalismo pareciera ser que ya no estaría de moda para esta elección, pues a falta de candidatos residentes, llegarán candidatos importados.

Este año quizás sea igual que el anterior en materia sanitaria, y quizás un poco mejor en lo económico, pero en lo político será de cambios, al menos de autoridades. Lo importante es que ocurran cambios positivos para los miles de magallánicos que no tienen las condiciones adecuadas para vivir, que no han tenido ingresos permanentes, y que no cuentan con servicios básicos. Estos cambios serán posible sólo en la medida de que nuestras autoridades anden más a pie que en autos, más en terreno y menos en oficinas, escuchen más y hablen menos, y que por sobre todo y ante todo pongan en el centro al ser humano.

Ya que este verano parecerá invierno, espero que tengamos un invierno más abrigado y menos frío que el anterior. Espero que sea un mejor año para todos y todas, en especial para quienes más lo necesitan.