Turismo y el “mea culpa” del gobierno

Sin la participación de ningún senador magallánico, recientemente la comisión de Zonas Extremas de la Cámara Baja abordó la problemática del sector Turismo, fuertemente deprimido por la pandemia mundial y noqueado por el impacto que han tenido todas las medidas de prevención adoptadas con el fin de controlar al coronavirus.

Lo primero a remarcar que es que el subsecretario del ramo, José Luis Uriarte, realizó una suerte de “mea culpa” respecto de que el gobierno se equivocó al pensar que la crisis sanitaria iba a ser breve y al apostar a que en esta temporada todo iba a estar funcionando con normalidad.

Esto le llevó a reconocer, implícitamente, que también hubo un error al diseñar la estrategia de recuperación del sector, siendo absolutamente necesario revisar las políticas públicas adoptadas con tal fin.

Es ostensible que la dinamización de la cadena productiva y de servicios asociados a la industria turística ha sido mínima, siendo insuficientes los esfuerzos desplegados desde el Ejecutivo y sus organismos para llegar en forma equilibrada y eficaz a toda dicha concatenación.

Sólo baste recordar que la actividad turística representa el 10% del Pib regional y que el 95% de los actores del turismo son microempresas y negocios de poca envergadura, muchos de los cuales sencillamente han bajado la cortina o, a estas alturas, están sobreendeudados y al borde de la quiebra.

Pero también se tiene que considerar el tremendo impacto que la crisis ha tenido sobre aquellas empresas medianas que forman parte de este servicio, para quienes urge más que nunca la flexibilización de medidas, pero también la delicadeza de que algún funcionario en Santiago dedique tiempo a considerar sus casos específicos, como los planteados por los concesionarios de servicios que tienen un lazo contractual con Conaf y del Parque Nacional Torres del Paine, para quienes hubo una respuesta negativa y estandarizada, a pesar de la singularidad de cada contrato.