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A partir de proyectos ya ejecutados

Colegio de Arquitectos cree necesario repensar la vialidad de Punta Arenas

Sábado 27 de Febrero del 2021

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Valoran desarrollo de proyecto de futura Circunvalación y advierten que la planificación urbana no es una responsabilidad exclusiva del Estado, sino que de la comunidad en su conjunto.

Rolando Martínez

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Ocho etapas contempla el desarrollo del proyecto de la futura Circunvalación Ramón Cañas Montalva, cuyo estudio de diseño de ingeniería de detalle, a cargo de la empresa Argia Ingeniería, está en su fase final por encargo del Servicio de Vivienda y Urbanisno de la Región de Magallanes.

La apuesta es disponer de una avenida que se extenderá en 11 kilómetros desde avenida Santa Juana, por el sur, hasta empalmar con la ruta 9 Norte, con una salida por el barrio Industrial. Se prevé que la ejecución del proyecto demandará una inversión global cercana a los $120 mil millones.

Para el Colegio de Arquitectos se trata de un proyecto de larga data, admite el presidente regional, César Alvial, quien recuerda que desde los esbozos parciales del plan regulador de 1988, hasta la vía estructurante planteada en la primera versión del plan regulador vigente, el año 2011, sigue en desarrollo en una ciudad que ha cambiado.

“La última versión presentada por el Minvu, más que una circunvalación, viene a ser una nueva avenida Eduardo Frei, pero con tramos de diferente carácter: un primer tramo nace desde el barrio Industrial, sin modificar la actual conexión con la ruta 9, y se interna por terrenos baldíos hasta conectar con el actual término de avenida los Flamencos. Un segundo tramo, más urbano, conecta desarrollos inmobiliarios recientes hasta el actual tramo construido de la avenida, en el sector de la población Alfredo Lorca. Desde ese sector, un tercer tramo unirá el sector de la calle Carlos Condell hasta General del Canto y el Río de Las Minas, consolidando proyectos de vivienda de reciente construcción y dando la oportunidad de plantear parques urbanos al borde del río”, describe Alvial.

Agrega que uno de los tramos de mayor impacto se dará desde Ignacio Carrera hasta la calle Pedro Bórquez, desde donde se podrá aprovechar la actual avenida construida, la cual traspasa la avda. Salvador Allende hasta otra compleja intervención, para cruzar el Río de la Mano y empalmar con avenida Pedro Aguirre Cerda. Finalmente, se empalmará con la avda. Martínez de Aldunate a la altura de avda. Santa Juana.

Alvial afirma: “Sin perjuicio del aporte que genera el proyecto, es evidente la necesidad de repensar la vialidad de la ciudad, a partir de los proyectos que ya se han desarrollado, con el objeto de mejorar la conectividad del sector norte y sur, tal vez con una real calle de circunvalación que sirva de contención al desordenado crecimiento que ha traspasado el límite urbano poniente, abarcando desde Ojo Bueno hasta el Río Leñadura”.

Explica que lo anterior, en el contexto de una ciudad que, pese a contar con un instrumento de planificación que estimula la densificación, en la práctica crece con mucha fuerza en extensión por el elevado costo del suelo urbano, y donde los equipamientos y servicios se siguen concentrando en el centro y otros puntos específicos, distantes de la comunidad, provocando diferentes congestiones y deficiencias.

Por ello plantea que la planificación urbana no es una responsabilidad exclusiva del Estado, sino que de la comunidad en su conjunto. “Se requiere incorporar los aprendizajes que pueden dejar situaciones como un estallido social, donde las personas han expresado su malestar por la segregación social en las ciudades, o una pandemia, que ha golpeado fuertemente a Punta Arenas, estimulando que muchas familias prefieran vivir fuera del límite urbano, desincentivando el transporte público y saturando nuestra vialidad con más automóviles”, reflexiona el presidente de los arquitectos.

Y recalca que ellos están disponibles para aportar en la gestión de la ciudad, donde a veces la solución a los problemas urbanos no necesariamente pasa por la falta de recursos, sino más bien por la falta de instancias de conversación, encuentro y debate entre todos los actores de la ciudad, comprendiendo que una planificación urbana adecuada y participativa va a generar ciudades más sustentables y de mejor calidad.