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El magallánico que atesora tres títulos con Católica en la Dimayor

Viernes 5 de Marzo del 2021

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Durante la primera mitad de los ‘80 un magallánico paseó con orgullo la bandera de nuestra región en la Dimayor, la extinta competencia profesional del baloncesto chileno que desde 2013 fue reemplazada por la Liga Nacional de Básquetbol.

Se trata de Sergio “Nano” Avendaño, un jugador cuya historia cesteril es conocida por su círculo cercano y contemporáneo, mas no por las generaciones posteriores.

DEL BARRIO “18”

Sergio Fernando Avendaño Alarcón nació un 26 de marzo de 1963 en Punta Arenas y creció en el barrio 18 de Septiembre.

Cursó la enseñanza básica en la escuela del populoso sector, a la cual defendió junto a su hermano Juan Carlos bajo la dirección del técnico Enrique Velquén, quien entrenaba al equipo de básquetbol del colegio y también a la selección regional infantil de la época. Asimismo, “Nano” jugaba igualmente en las series menores del club deportivo de la Universidad Técnica del Estado (actual Umag).

Un Torneo Nacional infantil le abrió las puertas al básquetbol “grande”. En el certamen, Sergio captó la atención de representantes del Comité Olímpico de Chile (Coch) y con 13 años y una interesante estatura para la edad (1,80) recibió una beca para ingresar a la Escuela de Talentos deportivos del Instituto Nacional Barros Arana, donde finalmente cursó la enseñanza media.

Se adaptó bien en lo deportivo, pero reprobó el primer año estudiantil y eso complicaba el panorama, porque en esas condiciones no podía continuar en el Inba, sin embargo su entrenador gestionó una excepción que le permitió mantenerse en el Barros Arana.

A LA DIMAYOR

Durante los cinco años que Avendaño estuvo en el internado ganó varios campeonatos con la Escuela de Talentos y el seleccionado del Inba.

Luego ingresó a la Pontificia Universidad Católica a estudiar psicología con una beca deportiva y su sorpresa fue mayúscula cuando, después de verlo entrenar, decidieron que el base magallánico no jugara en el equipo universitario sino en el plantel del club deportivo de la UC que participaba en la Dimayor.

Así, Avendaño llegó a integrar el reconocido plantel de la “Dinastía Cruzada” que cosechó un tetracampeonato en la máxima división del básquetbol profesional chileno entre los años 1983 y 1986.

“Nano” fue parte de los primeros tres títulos, logrando alternar con éxito, pese a su juventud, en un equipo altamente competitivo y compuesto por jugadores de mucha experiencia.

ELOGIOS DEL DT

De hecho, su entrenador Héctor “Tito” Oreste lo mencionó en algún momento como uno de los destacados del elenco cruzado. “Tuvimos la suerte de tener a los mejores jugadores chilenos. Además de Manuel Herrera y Jorge O’Ryan estaban Enrique Camponovo y Sergio Avendaño…”, dijo el estratega, refiriéndose al título de 1983, que también tuvo como protagonistas a jugadores extranjeros como Darryl Baucham y Paul Gartlan.

Consignar que las estrellas logradas en 1983 y 1984 fueron con la mayor cantidad histórica de participantes en la Dimayor, un total de 16 equipos que se enfrentaron todos contra todos, mientras que en 1985 debutó el sistema “play offs” y la UC derrotó en la final a Petrox (2-0).

Consignar que el puntarenense también fue dirigido por Randy Knowles, considerado uno de los mejores profesores de enseñanza de tiro a nivel mundial.

TORNEOS
DE VERANO

La participación de “Nano” Avendaño en el básquetbol de la UC no era impedimento para que visite Punta Arenas y participe a cada tanto en los Torneos de Verano que su hermano “Cacho” organizaba.

Mientras tanto, al cumplir tres años en la Dimayor la beca le permitía optar por concentrarse en el cierre de su carrera como psicólogo y fue lo que Sergio decidió hacer, terminando así su paso por el básquetbol profesional.

Luego entrenó en Unión Española pero sin retornar a las grandes ligas y cuando comenzó su carrera como psicólogo en Viña del Mar defendió los colores del club Israelita, ganando varios campeonatos regionales.

DE VUELTA A CASA

Hoy Sergio se encuentra radicado nuevamente en Punta Arenas, ahora desempeñándose en el campo laboral como académico de planta del departamento de psicología de la Universidad de Magallanes, del cual fue su director durante aproximadamente dos años.

Es el coordinador de las prácticas profesionales, mantiene el ejercicio independiente en su consulta como psicólogo clínico y está casado hace dos años con Claudia Estrada Goic, también psicóloga docente de la Umag.

Hasta antes del receso por la pandemia, seguía ligado al baloncesto, defendiendo ahora en el maxibásquetbol a clubes como Cono Sur y Ganadera. Es que “Nano” continúa abrazando como el primer día su amor infinito e incondicional por la naranja y redonda pasión.