Empresa santiaguina llega por primera vez a la zona para demoler centenario edificio en calle Pedro Montt
Desde el 6 de marzo, quienes circulan por calle Pedro Montt antes de llegar a la Plaza Muñoz Gamero, habrán advertido que el añoso Edificio Towsend se encuentra en fase de demolición. Poco a poco, el esqueleto de la construcción comienza a develarse, dando cuenta de las consecuencias del paso del tiempo. Los trabajos están a cargo de la empresa Depsa Demoliciones, proveniente de Santiago y fueron encargados por el Hotel Cabo de Hornos, que se ampliará hacia ese sector.
El jefe de obra de la firma, Iván Contreras Espinoza, reveló que aunque la empresa tiene una existencia de 35 años, es primera vez que son requeridos para trabajar en Punta Arenas. Normalmente, tienen entre dos a tres demoliciones mensuales, y durante su trayectoria han trabajado en importantes obras, como por ejemplo, en el edificio de Televisión Nacional o para Ladrillos Princesa, donde debieron derribar una cuadra completa.
Para esta misión llegaron con cuatro personas y arrendaron el equipamiento para poder trabajar. Contreras calcula que por la antigüedad del edificio, el techo se encontraba muy deteriorado, lo que podía advertirse en las vigas de madera, por lo que no cabía otra opción que demolerlo.
Si bien comenzaron en septiembre de 2019, las protestas por el estallido social primero, y luego la pandemia, postergaron el derrumbe, el que pudo ser retomado durante el presente mes. Hasta este lunes esperan terminar completamente con el techo, para la próxima semana comenzar a retirar los escombros.
Histórico edificio
El arquitecto magallánico Dante Baeriswyl, integrante de la Agrupación Patrimonio e Identidad Magallánica, comentó que, si bien el Edificio Towsend no está declarado como patrimonial, sí cuenta con características que lo podrían definir en esa línea, por lo que lamenta que se esté demoliendo, por lo que significa para la imagen del centro de Punta Arenas.
La construcción del edificio data de 1905, y fue destinado a oficinas comerciales de Frank H. Towsend y funcionó como agencia de seguros, importaciones y representaciones. La propiedad siguió en manos de los herederos, para formar parte más tarde de la Sociedad Towsend and Iriam, después Towsend and Wilson y finalmente Wilson King.
De acuerdo a las reseñas que ha publicado en sus libros, Baeriswyl indica que “en 1987 se restauró la fachada y reciclaron los interiores por los arquitectos Fernández & Baeriswyl, para ser utilizada por entidades relacionadas con la banca, siendo adquirida la propiedad por la Sociedad Administradora de tarjetas de crédito Bancard, posteriormente rentada a otras instituciones y actualmente adquirida por Hoteles Australes”, que es la que desarrollará esta ampliación que implica el derrumbe del edificio.
Es por ello que para el arquitecto, “si bien este edificio no está declarado dentro del Plan Regulador como inmueble de conservación histórica, no quiere decir que no sea patrimonial. El hecho que sea de albañilería de ladrillo y esté construido en la primera década del 1900, tiene ciertas características en su fachada que dan una impronta a la ciudad de los inicios del siglo XX, por eso, para mi gusto, que se demuela es una pérdida de patrimonio. Esos edificios debieran conservarse todos. Podrían haber mantenido la fachada y haberla incorporado como parte del paisaje urbano tan característico de nuestra ciudad, que es admirado por los visitantes. Está construido en puro ladrillo, no tiene fierro, y corresponde a un periodo de 1890 a 1930. Es una arquitectura que ya desapareció, entonces, preservarla hubiera sido mucho más positivo que echarla abajo”, opinó Baeriswyl.